AUTOR: GEORGINA HOWARD.
Con la reforma energética, el país tiene el desafío de entrar a las grandes ligas o quedarse solo como un subcontratista.
Esto dependerá de cómo se conformen e integren las leyes secundarias de la iniciativa presidencial, para que se permita a los proveedores de la industria petrolera convertirse en conversionistas de las firmas extranjeras.
Erick Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Petrolera (AMIP), presentó algunos planteamientos para incluir a 50 mil compañías que participan en el sector como socios de las empresas foráneas.
Lo fundamental de la reforma energética, explica, es lograr que se aterricen ciertos puntos en las leyes secundarias para darle “contenido nacional” a los proyectos, con una inversión de 70 por ciento para las trasnacionales y 30 por ciento los nacionales, dependiendo el sector.
Sobre todo, sostiene, porque en el país existe el “know how” entre los grupos empresariales para buscar alianzas y sumar fuerzas.
De no hacerlo, la industria petrolera y las empresas que participan en ella quedarían reducidas a subcontratistas de las firmas extranjeras.
“Nos quedaríamos en un segundo nivel, al margen de ese beneficio que permitiría desarrollar un sector más fortalecido”, explica.
El esquema de subcontratista a inversionista y proveedor directo ya funciona en países como Noruega y Brasil, recuerda.
Sin embargo, lamenta que esa parte no se haya tocado todavía en la reforma, pues contribuiría a desarrollar un empresariado mexicano de todos los niveles, desde los grandes hasta los chicos, pero todos contribuirían a generar riqueza para el país.
Las empresas que forman parte de la AMIP ya tienen experiencia y tecnología y pueden transformarse de contratistas a prestadores de servicios directos, señaló.
“Finalmente la tecnología es un commoditie y si hace falta, se puede adquirir como lo hacen otros países”, destaca.
Solo hay que definir los rangos de inversión porque el empresario mexicano “ya está aquí y va a invertir sus ganancias, no es lo mismo contenido nacional que coinversión nacional”, insiste.
Legorreta asegura que en Altamira ya se puso la primera piedra en Los Ramones, fueron 80 millones de dólares de una inversión chino-canadiense. “¿Dónde está la inversión nacional ahí?”, cuestiona, “Los empresarios debemos dejar de empujarnos en la demanda y los precios, y visualizar todas las oportunidades de negocio que se van a dar para participar en ellas, sobre todo porque hay conocimiento del mercado nacional”.
Debe existir certeza
Erick Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria Petrolera (AMIP), refiere que la transparencia que debe darse entre los interesados que participen en los Comités de Adquisiciones y Obra Pública de Petróleos Mexicanos.
Propone una participación más estrecha de los empresarios involucrados en el sector en esos Comités, a fin de dar certidumbre a los proyectos y seguimiento de qué proyectos se van a llevar a cabo, porque hoy existe una incertidumbre en ese sentido.
Recomienda, además, que la iniciativa privada nacional participe como testigo social en las licitaciones que salgan para dar una opinión tercera, distinta a la de Pemex.
Y en contraparte, acepta que las empresas mexicanas deben someterse a un registro y una certificación.
Para ello, explica, se deben formar comités de evaluación de los proveedores en donde se lleve un registro de cómo ha sido su comportamiento en los contratos que ha desarrollo.
Esto servirá para evaluar su participación en otras licitaciones pues en la actualidad “no existe ese registro”.
Esos puntos, si se incluyen, harán la diferencia en la reforma energética planteada, resume el presidente de la AMIP.
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