AUTOR: PENILEY RAMÍREZ.
La Autopista del Sol, cerrada por deslaves, presenta problemas que pudieron evitarse si Capufe hubiera acatado los señalamientos negativos desde su construcción y mal mantenimiento. El expresidente Salinas la construyó y Slim cobra las cuotas.
Desde empresas inhabilitadas hasta rescates millonarios, la autopista no logró llegar a una licitación para reparaciones, que estaban por decidirse esta semana.
El gobierno perredista de Ángel Aguirre no es ajeno a este negro historial. Tanto él mismo como su Secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, exsenador por el PRD entre 2006 y 2012, han sido algunos de los principales denunciantes de las malas condiciones y altos precios en la carretera.
Paradójicamente, los principales promotores de la autopista fueron Carlos Salinas y José Francisco Ruiz Massieu, quien fuera cuñado del expresidente y padre de la actual secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu.
Entre los involucrados en esta historia de rescates, cobros indebidos e incumplimientos de contrato, está también la empresa que construyó la Estela de Luz.
Esto a pesar de que en 2007, el actual presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Luis Téllez, cuando aún era secretario de Comunicaciones y Transportes en el sexenio de Calderón, dijo que era una “autopista de clase mundial”.
Ahora que ha sido cerrada por los desperfectos que podrían imputar a fenómenos naturales, pero que según evidencias documentadas, podrían haberse evitado.
La Autopista del Sol reabriría el próximo viernes, según el último reporte de Caminos y Puentes Federales (Capufe), entregado la tarde de ayer.
De ser así, otro de los que habría tenido pérdidas durante una semana sería Carlos Slim, dueño de la compañía IAVE, que aún realiza el cobro electrónico del peaje de los 262 kilómetros que la comprenden, a pesar de que su contrato venció desde julio.
Reparaciones llegan tarde
La cita era el martes pasado, 17 de septiembre, en el kilómetro 80 en la autopista Cuernavaca-Acapulco, ahora afectada por la tormenta tropical “Manuel”.
Convocó la Delegación Regional Centro Sur de Capufe para la presentación y apertura de propuestas para seis reparaciones en la autopista que ahora se encuentra cerrada, y ha obligado a que los movimientos para salir y entrar a Acapulco sean solo aéreos.
Los recursos provenían del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).
Según la convocatoria publicada en el Diario Oficial de la Federación, ese día las constructoras interesadas iban a presentar sus propuestas para la reparación del talud (zona inclinada) en los kilómetros 214 y 215 en la autopista Cuernavaca-Acapulco.
Al día siguiente se presentarían las propuestas para estabilizar y/ reparar el talud en los kilómetros 209 y 214. Este jueves 19 se decidirían las reparaciones del talud en otros tramos de los kilómetros 209 y 216.
La convocatoria fue firmada el 27 de agosto, cuando aún no se vislumbraba el paso de la tormenta que ha dejado desolado a gran parte de Guerrero.
Las reparaciones formaban parte de un paquete que se operaría en todo el país, con un presupuesto nacional de 297.3 millones de pesos asignado para este año.
En diciembre del año pasado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, ya entonces a cargo de Gerardo Ruiz Esparza, contempló otras reparaciones. Consistían en la estabilización y protección de taludes ubicados en los kilómetros 191, 202, 315, 316.
Estos taludes o zonas inclinadas son las partes más vulnerables de la autopista, según un informe del Instituto Mexicano del Transporte citado ayer por el diario 24 Horas.
El documento indicó que debido a la complejidad del terreno y a las deficiencias en el diseño de los taludes y sus estabilidades, “la autopista presenta numerosos problemas en zonas de cortes y terraplenes, presentándose derrumbes a lo largo de la carretera, especialmente en los periodos de lluvias”.
El gobierno estaba consciente de esta situación. En junio de este año contrató por adjudicación directa a la compañía española Ayesa para ayudarle.
El contrato por 16.2 millones de pesos, que vencerá en enero del próximo año, consistió en la “asesoría para la adjudicación de uno o varios contratos de conservación plurianual de autopistas y sus respectivos contratos de supervisión extrema plurianual para el corredor carretero México-Acapulco”.
No es la primera vez que se realizan reparaciones en esta carretera de cuota. En septiembre del año pasado el senador Sofío Ramírez Hernández, del PRD, presentó un punto de acuerdo para rechazar el aumento del costo del peaje en la Autopista del Sol.
Pagada doble …y rescatada
Las denuncias del senador perredista se sumaron a una cadena que comenzó desde la inauguración de este camino. Han continuado durante dos décadas.
Su construcción fue impulsada por Carlos Salinas dentro del paquete de privatización carretera por el que se concesionaron 52 autopistas de cuota del país a compañías privadas, según explica un informe elaborado en 2007 por el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.
La construcción inició en 1989 y concluyó en 1993 con un costo de mil 700 millones de pesos, refirió el senador Ramírez en su punto de acuerdo el año pasado.
Sus reparaciones más recientes costaron otros mil 724 millones de pesos, esto es, casi 3 de cada 10 pesos invertidos en carreteras en todo el país.
“Los mexicanos hemos pagado al menos dos veces el costo de esta obra, sin contar con el rescate financiero”, apuntó el senador.
El rescate sucedió en 1997, cuando el gobierno federal recuperó 23 de las 52 autopistas concesionadas asumiendo la deuda de los concesionarios por 58 mil 123 millones de pesos, destaca el informe de 2007.
En esta autopista la empresa rescatada fue el Grupo Mexicano de Desarrollo, que inicialmente había ganado la concesión.
La Autopista del Sol pasó a ser manejada por el Fondo de Apoyo al Rescate Carretero (Farac).
Entre 1997 y 2006, el costo total de este rescate aumentó en 206.7 por ciento, ya que pasó de 58 mil a 178 mil millones de pesos.
Este crecimiento se debió a que en esa década el gobierno mexicano pagó 98 mil millones de pesos de intereses.
“En la actualidad su carpeta asfáltica presenta un gran número de baches, derrumbes, cunetas rellenas de tierra y piedra, asentamientos, fracturas y permanentemente largos trayectos en reparación”, escribió el senador Ramírez en septiembre, justo un año antes de la llegada de “Manuel”.
Agregó que el 40 por ciento de la carretera estaba en reparaciones, mantenimiento, limpieza y señalización.
A pesar de ello, “se sigue aumentando el costo del peaje en lugar de considerar un descuento por las imperfecciones que tiene”.
El costo del peaje actualmente es de 400 pesos. Equivale a 1.5 pesos por kilómetro de recorrido y a seis veces el salario mínimo diario.
Pero esta no era la primera protesta pública contra la autopista. El actual gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre y su Secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, presentaron en 2006 y 2007 sendos puntos de acuerdo al Senado en el mismo sentido.
El gobernador guerrerense, en calidad de senador, pidió en 2006 que se suspendiera el cobro de las casetas de peaje en la autopista en tanto estuviera en estado óptimo.
Escribió: “Desde su construcción presentó hundimientos, deslaves y derrumbes que no han podido ser atendidos. Prácticamente todo el tiempo se encuentra en mantenimiento.
“Hablamos de la autopista más cara de México. En ningún aspecto refleja los servicios que debe ofrecer ante el alto costo que representa pagar el peaje de las casetas”.
Al año siguiente Mazón Alonso presentó argumentos similares y pidió que el poder legislativo hiciera un exhorto a la presidencia de Felipe Calderón.
Contratan a Gutsa, los de la Estela de Luz
Aunado a las diferencias económicas, estaban las reparaciones fallidas.
Estas protestas tenían su origen en un programa de renovación de la autopista, que inició en 2003 y estuvo a cargo de la compañía Gutsa, la misma que construyó la Estela de Luz.
En diciembre de 2007, la Secretaría de la Función Pública (SFP) inhabilitó a Gutsa por un año debido a las irregularidades en la reparación, ya que habían existido subcontrataciones irregulares y retrasos en la entrega de los trabajos. La dependencia le impuso una multa por 283 mil pesos.
Luego de dos años de litigio entre la empresa y la dependencia, en mayo de 2010 Gutsa inició su inhabilitación que culminó en mayo de 2011.
Un mes más tarde, sin embargo, fue inhabilitada nuevamente, esta vez por un contrato con el Instituto Nacional de Cancerología.
Al año siguiente se le impuso una tercera inhabilitación en el caso de la construcción del monumento al Bicentenario, conocido como la Estela de Luz.
Gutsa deberá pagar por la segunda y tercera sanción multas por un millón 780 mil pesos y estará sin capacidad para celebrar contratos de obra pública hasta abril de 2015.
La causa de las dos últimas inhabilitaciones fue no haber declarado la sanción que le habían impuesto por las reparaciones en la Autopista del Sol.
Irregularidades para Carlos Slim
Al revisar la Cuenta Pública 2009, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) determinó que existían irregularidades en los cobros de peaje que realizaba la compañía I+D México en varias autopistas de cuota, entre ellas la que conecta Acapulco con la ciudad de México.
Esta empresa maneja el sistema electrónico de pago IAVE y fue adquirida en 2005 por Inbursa, propiedad de Carlos Slim.
La auditoría realizada sobre el Ingreso por cuotas de peaje al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras), tuvo un dictamen negativo.
Banobras había dejado de cobrar 150.1 millones de pesos que no habían sido depositados por Capufe.
Entre las recomendaciones de la auditoría, la ASF dictaminó que Capufe debía exigir a IAVE que pusiera en funcionamiento el Centro Nacional de Control de Peaje y Espejo para que el gobierno pudiera tener información confiable y en tiempo real que le permitiera validar y conciliar los datos de aforo con los cobros de peaje registrados.
El dictamen explica que Capufe debía usar la página de Internet de IAVE para conciliar el número de cuotas cobradas con los vehículos que pasaban por las casetas.
Pero esto no era información oficial y, además, presentaba discrepancias.
Precisamente en la Autopista del Sol, en el periodo revisado encontraron que IAVE había cobrado 409 vehículos más de los que aparecían registrados, lo cual hacía una diferencia de 48 mil 900 pesos.
La segunda recomendación fue que la empresa debía pagar las comisiones bancarias por los cobros con tarjeta de crédito y no cobrarlo al gobierno ni a los usuarios, como hizo IAVE al inicio de su operación.
El contrato con IAVE, firmado en 2003, incluyó el pago de cuotas de peaje mediante tarjetas de crédito y débito como un medio electrónico de pago.
En octubre de 2006, la dependencia decidió incluir las comisiones bancarias por la utilización de tarjetas de crédito o débito por 1.25% en el pago de las cuotas.
En la junta de aclaraciones de la licitación que dio origen al contrato entre Capufe y la empresa, se señaló que el licitante ganador debería pagar los costos de los tags, transponders, tarjetas de proximidad o cualquier otro medio electrónico de pago”.
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