10 personas fueron asesinadas la noche del domingo en la Colonia Loma Blanca, al oriente de Ciudad Juárez, Chihuahua. Las víctimas fueron siete hombres, dos mujeres y una niña de 7 años de edad, la mayoría integrantes del equipo de Los Cardenales, quienes celebraban su triunfo.
El entrenador, quien guardó el anonimato, declaró que pudo existir “resentimiento” por el triunfo de los Cardenales y refirió que en la liga local se “manejan apuestas”.
Los propios familiares aseguran que no hubo amenazas previas a lo que se ha convertido en la primera masacre de este sexenio.
“El trofeo maldito, nomás eso quedó”, dijo al Diario de Juárez la hermana de Luis Alonso Frayre Alarcón, uno de los tres adolescentes masacrados en el poblado de Loma Blanca.
“Nunca ganaban (Los Cardenales), nunca , les ponían unas arrastradas en cada juego, hasta que ganaron el torneo, mire nada más en qué terminó todo… No entendemos qué pasó, por qué ocurrió esto, era una niña, unos estudiantes, gente de bien en el pueblo… No hubo amenazas, yo no fui al partido y no creo que tuvieran amenazas”, expuso Angélica Frayre.
En la vivienda a la que acudieron a celebrar su triunfo -hasta donde cargaron el trofeo- ocurrieron los trágicos hechos. En el lugar recolectaron 31 casquillos percutidos de dos fusiles AK-47; de acuerdo con la Fiscalía General del Estado de Chihuahua hubo sólo dos tiradores.
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