En su mensaje semanal difundido en redes sociales, el excandidato presidencial señaló que con la aprobación de nuevos gravámenes se busca “desfalcar” a los mexicanos para poder entregar a las empresas extranjeras las ganancias del incremento en los costos de extracción del petróleo.
“Ya lograron el propósito de aumentar los impuestos, de que se apruebe la Ley de Ingresos en la Cámara de Diputados, en esta semana tiene que atender este asunto el Senado, es decir, todavía no consuman la infamia, todavía podemos cambiar este asunto y desde luego todavía no inicia el proceso de dictaminación de la reforma energética, que es el fondo de todo y es además lo más grave”, puntualizó.
De acuerdo con López Obrador, la reforma fiscal afecta sobre todo a la clase media, y el incremento de los impuestos, añadió, ha generado mucha inconformidad.
“Se están poniendo con un costo elevadísimo para ellos porque están generando muchísima inconformidad de todos los sectores. Están destruyendo a la clase media, porque esto representa más impuestos para todos”, dijo.
El exjefe de Gobierno del Distrito Federal llamó a sus seguidores a participar en su asamblea del próximo domingo 27 en el Zócalo capitalino, y anunció que busca llegar a un millón de firmas de ciudadanos que demandan ser consultados sobre la reforma energética.
En su mensaje, el político tabasqueño argumentó que con los contratos de riesgo se elevarán los costos de extracción hasta 50%, lo que representa unos 500 o 600 mil millones de pesos que se transferirán a las empresas petroleras, y “ese hueco en las finanzas públicas, subrayó, “lo pretenden llenar aumentando los impuestos y el déficit público”.
La proyección del gobierno federal, insistió, es tener 250 mil millones de pesos con nuevos impuestos y 250 mil millones más aumentando el déficit a 1.5%. “Van a obtener 500 mil millones de pesos que son los que van a transferir a las compañías petroleras”, sostuvo.
Las reformas a los artículos 27 y 28 de la Constitución, agregó, significan una privatización “de la refinación del petróleo, de la petroquímica, del gas, de la industria eléctrica, es la privatización de la distribución de la comercialización, del transporte de los energéticos”.
Es “quitarnos el sector energético”, que es el equivalente “a desangrar al país, dejarnos sin nada”, manifestó el experredista.
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