Ante los ataques a las instalaciones de CFE en Michoacán, ambas empresas trabajan en esquemas para emplear la mejor tecnología que permita asegurar sus instalaciones estratégicas.
Tras los ataques a las instalaciones de CFE en Michoacán, el pasado domingo, ambas empresas trabajan en esquemas para emplear la mejor tecnología que permita asegurar sus instalaciones estratégicas ante la persistencia de amenazas a sus instalaciones por parte del crimen organizado.
El objetivo es crear sistemas integrales de seguridad física que cuenten con equipos de alta tecnología para llevar a efecto la vigilancia aérea, terrestre y marina con equipos no tripulados (aviones, vehículos, embarcaciones), equipos de captura de imágenes de largo alcance, los cuales serán operados por las secretarías de Marina y Defensa Nacional desde centros de comando y control, informó el diario El Universal.
Por separado, según información proporcionada a través del IFAI, Pemex y CFE realizan diagnósticos en materia de seguridad física de sus instalaciones y cómo cubrir los requerimientos. Pemex trabaja en el Proyecto de Seguridad Física de Pemex Exploración y Producción (PEP) 2013-2017, cuyo costo asciende a 2,900 millones de pesos, y en el que reconoce que recientemente “las instalaciones y el personal de PEP han sido blanco de actividades ilícitas como el robo de combustible y secuestros de personal operativos”.
El problema es tal que la Dirección Corporativa de Administración y la Gerencia de Servicios de Seguridad Física de Pemex dio a conocer que en el sexenio pasado el número de tomas clandestinas en sus ductos se elevó de 213 a 1,449. Este año rebasan 1,600.
En el caso de CFE, desde 2009 se reconoció la existencia de grupos con actividad disidente y hostil, los cuales han perpetrado ataques en contra del Ejército, de la Marina Armada, puestos de policías, edificios públicos e instalaciones de la CFE.
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