Restauradores contratados por el Fideicomiso del Centro Histórico utilizaron el doble del ácido nítrico permitido para limpiar la escultura de Carlos IV. El organismo capitalino solicitó "tardíamente" al INAH el permiso para mejorar la obra ubicada en la calle Tacuba de la Ciudad de México.
César Moheno, secretario técnico del INAH, explicó que ”al utilizar el ácido nítrico en una concentración tan elevada se eliminó de manera irreversible la pátina de la escultura y parte de la aleación del bronce, poniendo en riesgo la integridad de la obra”, dijo en conferencia de prensa.
En septiembre pasado, restauradores contratados por el Fideicomiso del Centro Histórico iniciaron el proceso de restauración de la obra, ubicada la plaza Tolsá, en la calle Tacuba, provocando visiblemente daños en la escultura.
El proceso se llevó a cabo “sin la autorización del INAH”, subrayó Moheno. Agregó: ”El Fideicomiso solicitó tardíamente al organismo el permiso para restaurar la pieza”.
De acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas para conservar el patrimonio nacional, El Caballito es un monumento protegido, incluido en elcatálogo 090060071258, e inscrita en el registro público correspondiente.
El daño
La pátina oscura, explicó historiador, estaba compuesta por una capa formada por óxidos de corrosión pasivos, es decir estables.
Según los procesos de restauración, debe utilizarse ácido nítrico en una concentración de 30 por ciento para realizar una limpieza de la obra.
Al inspeccionar el proceso, el INAH encontró evidencias de ácido nítrico a 60 por cientoin situ en uno de los andamios.
Con esto, se perdió de manera irreversible 50 por ciento de la capa que protegía la escultura.
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