FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
En el pasado los pueblos indígenas fueron expulsados de las tierras fértiles y se les arrojó a los montes áridos y las cañadas. Ahora ni siquiera en estos lugares los dejan permanecer, pues los terrenos son ricos en recursos minerales. Los vuelven a despojar. Durante la II Cumbre Continental de Comunicación Indígena realizada en Oaxaca, líderes de comunidades indias procedentes de Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá se encontraron para compartir sus problemas, los cuales son sorprendentemente similares. Advierten: ante el embate de las trasnacionales y los delincuentes que los despojan de sus territorios van a dar la batalla, aunque en ello les vaya la vida.
TLAHUITOLTEPEC, Oax. Tras siglos de opresión, racismo y marginalidad, los pueblos indios de América siguen enfrentando hoy enemigos poderosos que amenazan despojarlos de lo más sagrado de su existencia: la tierra.
Desde hace décadas bandas del crimen organizado, así como transnacionales del agua, petroleras, mineras, taladoras y productoras de energía eólica e hidráulica se convirtieron en sus principales enemigos ante los cuales poco han podido hacer.
Representantes de pueblos indígenas latinoamericanos acudieron a la II Cumbre Continental de Comunicación Indígena del Abya Yala (Tierra Vital) que comenzó el lunes 7 y se prolongó hasta este domingo 13. Participaron mil 500 personas de Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá
Pese a que la Cumbre tiene como objetivo el intercambio de experiencias y la búsqueda de nuevas formas de comunicación, tanto en las mesas de trabajo como en las entrevistas delegados de varios países manifestaron su preocupación ante las amenazas de trasnacionales canadienses y estadunidenses, así como de bandas del narcotráfico las cuales ya controlan grandes territorios pertenecientes a pueblos originarios a los que han desplazado para aprovechar sus riquezas naturales o sembrar enervantes.
Esto es posible, destacan, a partir de las reformas legales realizadas por los gobiernos en turno a fin de apoyar la entrada y despliegue de grandes capitales.
José Carlos Morales, del pueblo Brunca, de Costa Rica, advierte que la situación es muy explosiva y se perfilan nuevas guerras contra las comunidades para arrebatarles sus territorios ricos en petróleo y minerales, así como la posesión y control del agua.
El también exintegrante del mecanismo de expertos sobre los derechos de los pueblos indígenas del Consejo de Derechos Humanos de la ONU expone:
“Doy seguimiento a los miles de mensajes a través de las redes sociales de pueblos indígenas y no indígenas y me doy cuenta de lo que pasa desde Alaska hasta Argentina. Tengo una enorme preocupación pues veo una situación muy explosiva tanto por el interés de las trasnacionales y las compañías nacionales que al final son miembros de las primeras, así como del propio Estado y las bandas criminales, las cuales amenazan a los pueblos indígenas con sacarlos de sus tierras y quedarse con los recursos naturales para explotar las minas, el petróleo, el agua, la electricidad y los bosques”.
La descripción de Morales la comparten indígenas de Colombia, Ecuador, México, Bolivia y Chile. El esquema se repite en distintos lugares donde los pueblos originarios están asentados en tierras ricas en recursos naturales o zonas donde el narcotráfico cultiva coca, mariguana y amapola.
Es preocupante, agrega Morales, que en los últimos seis años la Organización de Estados Americanos haya puesto barreras para aprobar la Declaración de los Derechos de los Pueblos Indígenas en cuanto a tierras, territorio y recursos naturales, como ya lo hizo la ONU.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1928, ya en circulación)
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