FUENTE: PROCESO (14 OCTUBRE 2013).
MÉXICO, D.F. (apro).- Son niños triquis, son basquetbolistas y acaban de poner el nombre de México muy alto.
Fueron, vieron y vencieron. Los 25 chicos oaxaqueños ganaron los siete partidos del IV Festival Mundial de Mini-Baloncesto, en Argentina, con lo que se convirtieron en los vencedores invictos y absolutos del encuentro.
Aunque decir “ganar” es poco: la selección indígena arrasó. Contra su primer rival –los Celestes Argentina–, por ejemplo, venció con un marcador de 86-3. Luego tundió 22-6 al equipo de Universidad de Córdoba. Y luego hubo otros cartones de ensueño: 72-16 contra Central Argentina; 82-18 contra el equipo Hindú Argentina; 44-12 ante Monteéis Argentina y, para finalizar, un 40-16 contra Regatas de Mendoza Argentina.
Con esto, los jóvenes mexicanos fueron los mejores de un total de 8 mil niños participantes en la copa. Los equipos provenían de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Venezuela, Uruguay y México.
El campeonato se realizó del 10 al 15 de octubre. Pero la agenda de los niños sigue llena: el equipo triqui viajará a la República Dominicana para su participación en la Copa del Caribe, a efectuarse del 30 de octubre al 5 de noviembre.
Para el Festival Mini-Baloncesto el tamaño del balón se reduce y la altura de los tableros y el cesto se baja, para agilizar el juego.
El torneo en tierras argentinas tiene como objetivo proporcionar oportunidades para los niños de todas las habilidades, para que éstos disfruten experiencias valiosas y de calidad que contribuya a un mejor desarrollo de su vida deportiva y personal.
Desde su nacimiento en el 2010, en Ecuador, el festival se ha convertido en una de las más importantes actividades en el calendario de FIBA Américas, con aumento en su convocatoria e interés en niños de entre 10 y 12 años.
Para este año, el evento superó el número de participantes, ya que en la última edición que se realizó en República Dominicana se dieron cita 400 niños de delegaciones de 20 provincias, 10 clubes deportivos, y jugadores de varios países, incluyendo México, Guatemala y Ecuador.
Con su triunfo abonan al buen momento que pasa el basquetbol nacional. Apenas el mes pasado, la selección mayor venció en el premundial y logró su pase al torneo más importante del planeta.
Chiquitos y picosos
Los niños triquis tienen entre 10 y 12 años. Rondan el metro y 40 centímetros de estatura.
Pertenecen a la Academia de Baloncesto Indígena de México (ABIM) en Oaxaca, y ya tienen fogueo internacional.
Compitieron en el International Youth Basquetball of America (YBOA) de julio pasado en Orlando, Florida, donde les fue muy bien.
Fue precisamente su actuación en este certamen lo que le dio la oportunidad al equipo de “campeones descalzos de la montaña” de disputar la Copa del Caribe de la especialidad, del 30 de octubre al 5 de noviembre en República Dominicana.
“Se nos concedió un pase directo por los logros obtenidos desde 2010 y sobre todo por la destacada participación en el Torneo Internacional YBOA. El propósito de este programa –que es impulsado desde hace más de tres años en la zona– es posicionar a Oaxaca como una potencia en este deporte, además de motivar a los pequeños a salir delante de la mano del deporte sin descuidar sus deberes escolares y familiares”, dijo Sergio Zúñiga, entrenador del equipo, al portal de noticias hidalgosports.com.
Es tal la popularidad de este equipo, que incluso al medio tiempo de la final en el Torneo FIBA Américas femenil en Xalapa, los niños indígenas del noroeste de Oaxaca pisaron la duela del gimnasio de la Universidad Veracruzana enfrentando a un equipo de la escuelita de basquetbol Halcones de Xalapa.
El basquetbol indígena
En el sexenio de Carlos Salinas de Gortari (PRI, 1988-1994) el gobierno decidió fomentar la construcción de canchas de basquetbol en las comunidades indígenas. Era parte de un plan para fomentar el deporte de manera barata, pero también buscaba mantener comunicadas a las poblaciones y combatir rápidamente conflictos armados como el de Chiapas: las canchas servían como pistas de aterrizaje de helicópteros.
Esto provocó interés de los pueblos indígenas en el basquetbol. Así, ya desde 1996 había torneos entre tzotziles y tzeltales chiapanecos. Otro lugar donde el deporte prendió fue en la Sierra Tarahumara, de Chihuahua. Luego vinieron la Sierra de Hidalgo y Puebla, a los que se sumó Oaxaca.
El asunto es que buena parte de los indígenas que practican este deporte lo hacen descalzos. De hecho así solía jugar la selección que fue a Argentina.
Estos jóvenes se acoplaron a jugar con tenis, pero ha habido buenos equipos que no lo han logrado, y al ser obligados a usar calzado se ha derrumbado su nivel de juego.
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