FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JENARO VILLAMIL.
MÉXICO, D.F. Pese a que la adjudicación, en 2010, del par de fibra óptica de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) al consorcio formado por Televisa, Megacable y Telefónica, resultó un mal negocio para el Estado, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes alista para un operador privado la licitación de la red de 25 mil kilómetros que posee la comisión.
Durante la convención anual de la Cámara Nacional de la Industria Electrónica, de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti), el subsecretario de Comunicaciones, José Ignacio Peralta Sánchez, afirmó que el título de concesión que posee la CFE para explotar la fibra óptica pasará a Telecomunicaciones de México (Telecomm); una vez en sus manos, será operada en el esquema de Asociaciones Público Privadas (APP).
“Telecomm no va a proveer los servicios a usuarios finales, como lo está haciendo. Solamente los operadores se van a poder subir a esa red. Lo que se pretende hacer es licitar el proyecto para incrementar la infraestructura que ya se tiene y hay que incrementar la inversión para lograr mayor cobertura”, afirmó Peralta Sánchez.
Para incrementar la infraestructura de 25 mil kilómetros, según el funcionario colimense, se requiere una gran inversión privada, así como aumentar los tendidos de fibra óptica y lograr una cobertura de 98% de la población.
Peralta dejó entrever que en esta inversión podrían participar corporativos trasnacionales, ya que se requieren especialistas de “clase mundial”; “los mejores del planeta y las estructuras de costos más bajos para promover la competencia y llevar conectividad, a precios accesibles, a lugares alejados”.
Entre las empresas trasnacionales de las telecomunicaciones interesadas en invertir en México destacan el grupo francés Vivendi –que opera telefonía fija y móvil, internet y televisión de paga–, la alemana Bertelsmanm, el consorcio News Corp, del magnate australiano Rupert Murdoch, así como Viacom y Disney, ambas de Estados Unidos.
Estas empresas podrían invertir en el proyecto de la banda 700 Mhz, pero también en la fibra óptica de la CFE, a pesar de la mala experiencia con la privatización parcial que se dio en 2010 a favor del consorcio de Televisa-Megacable y Telefónica.
Ese año, el gobierno de Felipe Calderón adjudicó a ese consorcio el primer par de fibra óptica de la CFE a un precio de 883 millones de pesos, un monto 3% superior al precio fijado como referencia, según el entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Juan Molinar Horcasitas.
El especialista Ramiro Tovar Landa, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, escribió en aquella ocasión que el par de hilos de fibra óptica tenía capacidad para transmitir 800 megabits por segundo; es decir, el equivalente a cursar 50 millones de llamadas telefónicas simultáneas o soportar 400 mil enlaces de internet.
Las empresas ganadoras anunciaron que invertirían 2 mil 400 millones de pesos en los siguientes dos años para estar en condiciones de ofrecer los servicios de triple play.
En 2012, la Auditoría Superior de la Federación afirmó en su análisis de la licitación de la fibra óptica de la CFE que se perdieron alrededor de 4 mil 548 millones de pesos para el Estado, pues las empresas sólo pagaron 883 millones de pesos, por una red que hubiera generado seis veces más si quedaba en propiedad de CFE Telecom (5 mil 431 millones de pesos).
“La Secretaría de Comunicaciones y Transportes concesionó la red, a pesar de que conocía la no conveniencia de otorgarla, debiendo presentar argumentos y objeciones a CFE para no hacerlo”, advirtió la ASF en su reporte.
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