AUTOR: ROBERTA CARRILLO.
A casi 20 años del final de su mandato, Carlos Salinas de Gortari sigue siendo objeto de cuestionamientos. Ayer en Londres, el exmandatario mexicano fue increpado por una joven que le cuestionó si sabía que era el presidente más odiado. Desde Miguel de la Madrid hasta Enrique Peña Nieto, prácticamente todos los mandatarios de México han sido blanco de reclamos por parte de ciudadanos molestos. Para Felipe Calderón, ser interrumpido durante un discurso era una batalla de todos los días. Peña Nieto tuvo mucha práctica durante su campaña y ya como jefe del Ejecutivo no se ha salvado.
Será tal vez que con el acceso que Internet brinda, ofreciendo una plataforma libre para compartir todo tipo de videos, archivos y fotografías lo que antes era poco visible ahora abunda.
Pero también es probable que la represión que el Gobierno ejercía sobre la libertad de expresión evitaba que los ciudadanos cuestionaran cara a cara al presidente de México.
Carlos Salinas de Gortari es el más reciente protagonista de esta conjugación de pérdida de respeto y acceso a la Web.
Hace unos días en Londres, una mexicana encaró al expresidentes a quien le cuestionó sobre sus relaciones con el narcotráfico, sobre el encarcelamiento de su hermano, y su supuesto enriquecimiento ilícito, durante y después de su mandato.
“Señor Carlos, señor Carlos Salinas de Gortari: ¿sabía que usted es el presidente más odiado en México?”, le gritó la joven a la salida del evento en la London School of Economics, según puede verse en un video difundido a través de YouTube.
“Pues lo odiamos en México señor, lo odiamos en México y usted no es bienvenido aquí, ni en ninguna parte”, agrega a gritos la joven que persigue al expresidente, pero que no puede acercarse a él porque lo impiden elementos de seguridad que lo acompañan.
Este tipo de reclamos no son nuevos. Hace 5 años, en 2008, el Estado Mayor detuvo a un ganador del Premio Nacional de la Juventud por gritarle “espurio” a Felipe Calderón durante su discurso en el Palacio Nacional.
El joven y otro amigo fueron puestos en libertad tras ser interrogados por agentes del Estado Mayor, ya que no había cargos en su contra.
Para finales del sexenio de Felipe Calderón las agresiones en su contra eran mayúsculas. Durante su último grito de independencia la gente coreaba “¡Asesino!”, “¡Viva México sin el PRI!” y “¡FRAUDE! FRAUDE!”, mientras el mandatario aguantaba una luz de láser verde que le apuntaba a los ojos.
La semana pasada, una estudiante de postgrado se negó a leer el discurso que le fue impuesto por los organizadores de la Cumbre de Negocios de México y a pesar de las presiones de un miembro del staff para que se detuviera.
“No es posible, de verdad, el gobierno de México necesita tener más humanidad, sentirnos...”, dijo la joven notoriamente nerviosa mientras le intentaban alejar el micrófono.
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