Actualmente, el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (Cofipe) ordena que 60% de las candidaturas titulares sean de un mismo sexo y el resto del otro.
Esto, sin embargo, ha sido violado por diversos partidos mediante la estratagema de inscribir a mujeres como titulares, pero una vez que ganan la elección renuncian y sus suplentes —varones— asumen el puesto. A estas mujeres se les ha conocido como “Juanitas”, en referencia al caso del petista Rafael Acosta Juanito, candidato a jefe delegacional de Iztapalapa, Distrito Federal, en 2009, por el PRD. Él fue empleado como parte de una estrategia para dejar en el cargo a Clara Brugada.
Hoy, durante el acto para conmemorar el 60 aniversario del voto femenino en México, Peña afirmó: “Estoy convencido de que hacen falta muchas más mujeres en la política del país. Para lograrlo quiero anunciarles, como muchas ustedes lo han venido pidiendo. Enviaré una iniciativa de reforma al Cofipe para que 50%, la mitad de sus candidaturas a diputados federales y senadores deban ser para mujeres”.
En esta legislatura federal, de 500 diputados, 184 son mujeres (36.8%). En el Senado, 33.5% de los 128 escaños son ocupados por senadoras.
El Movimiento Ciudadano y los partidos del Trabajo y Verde Ecologista de México tienen la mayor proporción de legisladoras en la actualidad, con 40% cada uno. Paradójicamente, el PVEM es el partido que al menos en ocho ocasiones (en 2009) recurrió a las Juanitas.
El Partido Acción Nacional, en tanto, es el que tiene menor proporción de mujeres. Sumando ambas cámaras, 47 de los 152 legisladores panistas son mujeres (30.9%).
En noviembre de 2012, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) resolvió que los partidos políticos deben cumplir con el mandato legal de postular mujeres para al menos el 40% de sus nominaciones al Congreso, tanto por el principio de mayoría relativa (voto directo) como por el de representación proporcional (plurinominales).
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