"A lo mejor hay más que se puede explotar, pero en el tiempo se va a tener que sustituir con un ingreso básicamente tributario para financiar las presiones de gasto", dijo Joost Draisma, economista jefe para México del Banco Mundial.
Queda la preocupación de que esta reforma hacendaria, en esta fase, no parece resolver uno de los problemas más grandes del país, que es la dependencia de los ingresos petroleros, sostuvo Gloria Grandolini, directora del BM para México y Colombia.
De acuerdo con La Jornada, la reforma -propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto- buscaba elevar en 1.4 puntos del PIB los ingresos del Estado. Sin embargo, ese porcentaje bajó a alrededor de un punto porcentual después de modificaciones realizadas en la Cámara de Diputados.
Pese a los cambios parece ser que no disminuirán el porcentaje de la recaudación que está directamente ligado al petróleo. Pero en términos de dirección es una reforma correcta, expuso Grandolini.
Una tercera parte de los ingresos fiscales del Estado mexicano se origina en la actividad petrolera.
El país tiene una recaudación baja para su nivel de desarrollo. Al mismo tiempo, enfrenta presiones de gasto a futuro, particularmente para financiar pensiones y un creciente gasto en salud porque el tipo de enfermedades que aqueja a la población está cambiando: la gente vive más años y padece enfermedades degenerativas que son más costosas de atender, expuso Joost Draisma, economista jefe para México del Banco Mundial.
Por otro lado, el petróleo es una gran incógnita sobre cuánto hay, cuánto se puede producir y cuánto ingreso esperar de ello, destacó Draisma. Lo que sí sabemos es que el petróleo no dura para siempre. A lo mejor hay más que se puede explotar, pero en el tiempo se va a tener que sustituir con un ingreso básicamente tributario para financiar las presiones de gasto, agregó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario