AUTOR: RODRIGO VERA.
La violación y asesinato de la adolescente Shantal González, ocurridos en San Luis Potosí hace seis años, parecían temas resueltos y con el criminal –un salesiano– en la cárcel. Sin embargo, hace un par de meses la Suprema Corte reavivó el caso al declarar inocente al inculpado y ordenar su liberación. Pero hay voces que alertan: el sacerdote sí es culpable, es un psicópata y la recuperación de su libertad obedeció a negociaciones políticas del más alto nivel. El crimen está rodeado de secretos, eventuales encubrimientos, desapariciones y probablemente más homicidios, comenta a Proceso un especialista que participó en la investigación.
El fallo de la SCJN puso fin a los cuatro años de cautiverio de Contreras y le dio un vuelco a la disputa político-judicial entre el gobierno estatal (encabezado por Fernando Toranzo) que encarceló al sacerdote y las altas esferas del Vaticano, empeñadas en sacarlo de prisión para lavar la imagen de una Iglesia ya de por sí muy cuestionada por sus numerosos escándalos de pederastia.
El 21 de agosto, con cuatro votos a favor y uno en contra, la Primera Sala de la SCJN –en la revisión del amparo directo 78/2012– determinó que las pruebas aportadas por el gobierno de Toranzo “carecen de sentido”, por lo cual el religioso debía ser puesto en libertad “al no ser responsable de los hechos que se le imputan”.
Afuera de La Pila, al salesiano lo abordó un nutrido grupo de periodistas. Amable y sonriente Contreras comentó que había puesto toda su confianza “en Dios” y “en la Iglesia” para salir libre y pidió a las autoridades aprehender al verdadero asesino.
“Vamos a pedir que se haga justicia. Que haya justicia para Shantal. Que esto no quede impune”, dijo, flanqueado por su influyente defensor Armando Martínez, presidente del Colegio de Abogados Católicos.
Sin embargo en San Luis Potosí mucha gente está segura de que el sacerdote es culpable. Algunos analistas y criminólogos afirman que su excarcelación es producto de negociaciones políticas de muy alto nivel en las cuales incluso llegaron a intervenir en años pasados Benedicto XVI y el entonces presidente Felipe Calderón.
(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1929, ya en circulación)
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