AUTOR: GEORGINA HOWARD.
La paraestatal parece no aprender de sus errores. Aunque en 9 meses ha perdido mas de 92 mil millones de pesos, ahora se embarca en otro negocio que se ve poco redituable.
Sin embargo, para Pemex este es un mecanismo financiero que desconoce y que no tiene con qué respaldar.
Un ejemplo es el negocio frustrado que tuvo con Repsol, en el cual gastó 20 mil 783 millones de pesos para adquirir el 10 por ciento de las acciones de esta empresa española.
En su momento, el expresidente Felipe Calderón calificó esa operación como una “inversión estratégica” para lograr la internacionalización de la parestatal.
Lo cierto es que el dinero de ese negocio salió de las arcas de todos los mexicanos, y hasta hoy no se ha recuperado.
Las malas inversiones de Pemex saltan a la vista. De enero a septiembre sus pérdidas rebasan ya los 92 mil millones de pesos.
El problema, advierte el investigador Marco Antonio Durán, es que hacen las cosas “por ocurrencias”.
Ahora quieren participar en los Fibras, pero no saben nada de ese negocio, asegura.
Hay que entender, dice, que todo negocio financiero es especulativo. Se gana y se pierde.
El problema es que Pemex no sabe hacer negocios y lo ha demostrado, remarca Durán, quien actualmente estudia un doctorado en Economía en la UNAM.
Negocio solo para algunos
Emilio Lozoya, director de Pemex, anunció a medios extranjeros que Petróleos Mexicanos pretende levantar capital vía Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras), o a través de Certificados de Capital de Desarrollo (CKDs).
La operación se tiene prevista para el primer trimestre del 2014, fecha en la que podrían enlistarse en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
El experto en este tipo de instrumentos -que hoy registran una utilidad del 99 por ciento- es la empresa Protego, la cual es dirigida por Pedro Aspe, secretario de Hacienda en la época de Carlos Salinas de Gortari.
Los malos negocios
En 2011, Pemex perdió 20 mil 783 millones de pesos al adquirir el 10 por ciento de las acciones de la empresa española de energía, Repsol.
Tras 20 meses de espera y sin ninguna posibilidad de recuperación, la paraestatal decide poner a la venta esos títulos.
Las pérdidas por esa operación superan ya los 10 mil 200 millones de pesos, es decir, 50 por ciento del valor inicial de la operación.
Juan José Suárez Coppel, en aquel entonces director de Pemex, insistió que el 30 por ciento de esa compra se hizo con recursos propios de la empresa y el resto a través de la contratación de deuda.
“No es dinero tirado a la basura, no es inversión para ver qué nos da. Estamos invirtiendo en un activo líquido, que nos paga un dividendo que alcanza más que a cubrir el costo de la deuda”, declaró en ese entonces Suárez Coppel a La Jornada.
Pero las cosas no salieron como se esperaban.
En abril de 2012 las acciones de Repsol sufrieron un gran descalabro en sus precios.
Mucho tuvo que ver la movida de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, quien nacionalizó el 51 por ciento de las acciones pertenecientes a Repsol YPF, una de las filiales de más valor de la petrolera española.
Ante la imposibilidad de pagar utilidades en efectivo, en junio de 2012 Repsol emitió un programa de pago de dividendos en acciones.
En julio de ese año Pemex recibió 2 millones 600 mil 191 acciones como pago de dividendos en especie.
A juicio del especialista del IIE de la UNAM, Marco Antonio Durán, invertir en acciones transnacionales en vez de hacerlo en exploración, explotación y refinería fue un error de estrategia.
Sigue la mata dando
Al parecer, Pemex sigue el lema de “prueba y error”.
Hoy, la paraestatal negocia la compra de un astillero en quiebra en Vigo, España.
De hecho, ya suscribió una carta de intenciones para la adquisición del 51 por ciento de las acciones de esta compañía.
En mayo de este año, el diario español El País, publicó que Petróleos Mexicanos dio vía libre a la compra del 51 por ciento de las acciones del astillero gallego Hijos de J. Barreras de Vigo, la mayor factoría naval privada de Galicia.
Esta transacción, reportó el diario, representó un golpe maestro por parte de Pemex, que con una sola operación concretó la promesa de contratar a navieras gallegas la construcción de dos hoteles flotantes (floteles).
Los detalles de la operación no fueron informados oficialmente, pero El País aseguró que una fuente de la petrolera les confirmó que el astillero seguiría gestionado por ejecutivos gallegos.
En octubre del 2013, el presidente del astillero vigués Hijos de J. Barreras, José García Costas, aseguró que negociaba ya con la petrolera mexicana “otros proyectos”.
La fiebre de los Fibras
En los últimos tres años, el mercado de los Fideicomisos de Infraestructura y Bienes Raíces (Fibras) ha triplicado su valor de capitalización que hoy supera los 106 mil millones de pesos.
Estos instrumentos se dedican a invertir en la adquisición, arrendamiento y construcción de bienes inmuebles en el país.
Hasta octubre de este año los activos de los Fibras que cotizan en la BMV tienen una utilidad del 99 por ciento, según revela Marco Antonio Durán, investigador de la UNAM.
A diferencia de las empresas que colocan acciones en el mercado, las Fibras lo hacen de manera recurrente porque su régimen fiscal establece que deben repartir el 95 por ciento de su utilidad neta.
Es decir, no pueden crecer con utilidades retenidas, las tienen que distribuir y por lo tanto, regresar al mercado por capital para fondear sus planes de crecimiento, explica el especialista.
¿Qué son?
A la fecha se cuenta ya con ocho Fibras en el mercado, entre los más importantes están Fibra Hotel, Fibra Macquarie, Fibra Inn y Fibra Terrafina y en conjunto han realizado colocaciones superiores a los 72 mil millones de pesos.
Los Fibras basan su estructura en los Reits estadounidenses (Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces, por sus siglas en inglés) que operan en ese mercado desde 1960.
Son instrumentos de inversión en activos inmobiliarios que permiten obtener ganancias de capita.
Contras
> Uno de los riesgos es el encarecimiento del valor y la renta de los bienes inmuebles, porque estos instrumentos invierten y financian activos del sector inmobiliario ya en operación, es decir, incrementan su demanda.
> También puede haber una sobreoferta futura y, por lo tanto, desocupación de los inmuebles.
Pros
> Una de sus ventajas es que el mercado premiará su especialización y mejorarán sus niveles de capitalización.
> De ahí que en el mercado se encontrarán Fibras dedicados a usos mixtos como comercio y vivienda, hoteles, oficinas y los proyectos “llave en mano”, que construyen naves industriales y se amarran por medio de un contrato de arrendamiento.
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