Involucran al ex dirigente de PRD en un negocio de trata que fue cerrado en mayo pasado en el Distrito Federal, de donde fueron rescatadas 46 mujeres.
Así lo reveló la periodista Sanjuana Martínez quien este martes publicó en Sin Embargo la columna ”Consumidores de sexo comercial“, en la que da a conocer testimonios de las víctimas.
“Una de las víctimas va señalado el tipo de consumidores que la frecuentaban. Ella cuenta que le llamaba la atención uno en particular, por su asistencia recurrente y sus generosos pagos hacia una compañera ‘predilecta’ en particular. ‘Un cliente que recuerdo muy bien su rostro y yo no sabía quien era, pero después investigué porque me llamaba mucho la atención, porque una compañera me decía: ‘Me lleva, me paga 10, 15 mil pesos’ y yo no sabía quien era, hasta que me dijo: ‘Es el presidente del PRD (Partido de la Revolución Democrática)‘.
Entonces yo tuve esa inquietud de verlo, para ver quien era el presidente del PRD y como iba una o dos veces por mes y si me di cuenta que efectivamente era el presidente del PRD, Jesús Ortega o Arteaga. Siempre estaba allí”, expone.
“‘Él ya tenía a su chica, la esperaba, se tomaba uno o dos tragos y ya. La chica se vestía y salía, y se iba con él’. La víctima señala que había cuentas hasta de 300 mil pesos: ‘Iban políticos y narcotraficantes. ¿Cómo nos dábamos cuenta? Se cerraba el Salón VIP. Ellos pagaban por el salón… Y llegaban 10 hombres y elegían a las chicas. Personas normales, pero se veían con ese poder, prepotencia, todo; gente con dinero. Y pagan inmediatamente a las chicas: ‘¿A ver, cuánto me cobras?’… La relación sexual nosotras las cobrábamos a 3 mil o a cómo se dejara el cliente y luego pedíamos champán porque era la comisión más alta. Y ellos decían: ‘¡Champán para todas!” y hasta mandaban traer rosas… Todo lo que ellos quisieran, mandaban traer… En cuestiones de personas públicas con las que estuve, no me aprendí todos sus nombres, pero si llegue a estar con diputados, senadores, funcionarios, artistas, jugadores de fútbol“, agrega.
Incluso, señala que en una ocasión cuando se cerró Cadillac y se fueron a otro centro, ubicado entre Eje 10 e Insurgentes, asistió la Selección Mexicana.
“Había todo de clientes, también allí la gente importante prefería los privados donde se hacia de todo. ‘¿Por qué era obvio? Un artista o un funcionario no era cualquiera, para ellos mejor en el lugar que salir con una chica’. Luego cuenta que eran obligadas a dar servicio gratuito a los funcionarios de la Delegación correspondiente al la ubicación del lugar donde trabajaban; en el caso del Cadillac, la Miguel Hidalgo: ‘Nos obligaban a hacerlo en diciembre. Era como darles su aguinaldo’, dice”.
“‘Él ya tenía a su chica, la esperaba, se tomaba uno o dos tragos y ya. La chica se vestía y salía, y se iba con él’. La víctima señala que había cuentas hasta de 300 mil pesos: ‘Iban políticos y narcotraficantes. ¿Cómo nos dábamos cuenta? Se cerraba el Salón VIP. Ellos pagaban por el salón… Y llegaban 10 hombres y elegían a las chicas. Personas normales, pero se veían con ese poder, prepotencia, todo; gente con dinero. Y pagan inmediatamente a las chicas: ‘¿A ver, cuánto me cobras?’… La relación sexual nosotras las cobrábamos a 3 mil o a cómo se dejara el cliente y luego pedíamos champán porque era la comisión más alta. Y ellos decían: ‘¡Champán para todas!” y hasta mandaban traer rosas… Todo lo que ellos quisieran, mandaban traer… En cuestiones de personas públicas con las que estuve, no me aprendí todos sus nombres, pero si llegue a estar con diputados, senadores, funcionarios, artistas, jugadores de fútbol“, agrega.
Incluso, señala que en una ocasión cuando se cerró Cadillac y se fueron a otro centro, ubicado entre Eje 10 e Insurgentes, asistió la Selección Mexicana.
“Había todo de clientes, también allí la gente importante prefería los privados donde se hacia de todo. ‘¿Por qué era obvio? Un artista o un funcionario no era cualquiera, para ellos mejor en el lugar que salir con una chica’. Luego cuenta que eran obligadas a dar servicio gratuito a los funcionarios de la Delegación correspondiente al la ubicación del lugar donde trabajaban; en el caso del Cadillac, la Miguel Hidalgo: ‘Nos obligaban a hacerlo en diciembre. Era como darles su aguinaldo’, dice”.
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