Luego de que la Comisión Federal de Competencia Económica autorizó que Cinemex absorba a Cinemark, se consolida una única competencia con la empresa Cinépolis.
Los cines independientes que subsisten en el país son pocos y van disminuyendo, desaparecen o alguna gran cadena los adquiere por la dificultad de posicionarse entre la competencia, debido a la gran diferencia de tamaño entre competidores.
Es enorme la ventaja que llevan Cinépolis y Cinemex, borrando del mercado al resto de los cines.
Cinemex intenta alcanzar un balance competitivo con Cinépolis, por lo que vio como una oportunidad la adquisición de Cinemark, cadena multinacional que no obstante ocupaba un lugar secundario a nivel nacional, cubriendo aproximadamente el 6% del mercado de exhibiciones cinematográficas en México. Sin embargo su salida deja menos opciones al consumidor.
Cinépolis abarca el 50% de la industria de salas de cine en el país. Por debajo está Cinemex, que tenía alrededor del 30% y ahora se le suma el 6% que tenía Cinemark. El 14% del resto se subdivide en los cines independientes.
La fusión
A inicios de noviembre, Cinemex volvió solicitar la autorización de CFCE, después de haber sido denegada en agosto de este año por el Pleno de la extinta Comisión Federal de Competencia (Cofeco); las razones por las que era rechazada inicialmente la unificación era porque se consideraba se podría generar un duopolio. Sin embargo, en esta ocasión El Pleno de la Comisión Federal de Competencia Económica (CFCE) la aprobó argumentando la baja participación en el mercado de Cinemark, por lo que no existen riesgos sustanciales a la competencia.
“Cinemark no ha crecido en los últimos tres años y nosotros entraríamos a darle una remodelada a las salas. La idea es nivelar un poco la situación y espero que la aprueben esta vez porque sinceramente no le veo mucho tema”, comentó Jaime Rionda, director general de Operaciones de Cinemex, en entrevista con El Economista.
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