FUENTE: PROCESO (REDACCIÓN).
MÉXICO, D.F., (apro).- La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) inició una queja de oficio por intolerancia religiosa en el municipio de San Juan Ozolotepec, Oaxaca, donde indígenas evangélicos fueron detenidos tras oponerse a la destrucción de su templo.
En un comunicado, la CNDH informó que el pasado 4 de noviembre, el titular del Ayuntamiento, Pedro Cruz González, ordenó demoler su templo, linchar, encarcelar y torturar a los seguidores de la congregación religiosa.
Según medios locales el argumento fue que los feligreses de esa denominación se oponían a cooperar con las festividades del pueblo.
Autoridades gubernamentales señalaron que los evangélicos estuvieron retenidos durante tres días por habitantes y autoridades de San Juan Ozolotepec pero ya fueron liberados.
Los habitantes encarcelaron a los evangélicos cuando intentaban oponerse a la destrucción de su templo y fueron liberados alrededor de las 23:00 horas del jueves con lesiones de menor grado. Uno de ellos sí requirió atención médica.
Luego de los hechos, visitadores adjuntos de la CNDH se trasladaron hasta la localidad para entrevistarse con los afectados, autoridades municipales y estatales.
A fin de integrar el expediente, solicitaron información a la Secretaría de Gobernación, la Secretaría General de Gobierno y Procuraduría General de Justicia locales y además recaban evidencias.
La CNDH manifestó en su comunicado que “el Estado mexicano tiene el deber de garantizar la libre manifestación y ejercicio de conciencia y de religión, sea de manera individual o colectiva, tanto en público como en privado, toda vez que se trata de un derecho inherente a cada individuo, cuyo principio radica en su dignidad y en su consecuente autodeterminación como persona”.
El organismo autónomo señaló que una vez que concluya la investigación analice y valore las evidencias, emitirá la determinación que conforme a derecho corresponda.
Asimismo hizo un llamado a la sociedad en general para redoblar esfuerzos y superar y erradicar la intolerancia religiosa.
“A pesar de los avances en la materia en nuestro país, el fenómeno crece y cobra más víctimas, sobre todo en las áreas rurales e indígenas. La persecución por motivos religiosos da lugar a acciones que vulneran los derechos humanos de difícil o imposible reparación.
“Los usos y costumbres de las comunidades indígenas no deben ser la excusa para cometer estos delitos y menos con la intervención de las autoridades locales, tanto civiles como religiosas”, condenó la CNDH.
En México, según cifras oficiales el 83.9% de las personas son católicas, 7.6% son evangélicos, 2.5% son de otras religiones y un 4.6% dice no tener religión alguna.
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