AUTOR: JUAN OMAR FIERRO.
De acuerdo con la líder vecinal, Verónica Omaña, los habitantes del sur de Morelia se enfrentaron a principios del 2013 a comandos armados que los interceptaban al llegar a sus fraccionamientos, despojando a familias enteras de sus pertenencias, sin que los elementos de seguridad privada pudieran intervenir, ya que sólo estaban equipados con silbatos, gases lacrimógenos y toletes.
De acuerdo con la líder vecinal, Verónica Omaña, los habitantes del sur de Morelia se enfrentaron a principios del 2013 a comandos armados que los interceptaban al llegar a sus fraccionamientos, despojando a familias enteras de sus pertenencias, sin que los elementos de seguridad privada pudieran intervenir, ya que sólo estaban equipados con silbatos, gases lacrimógenos y toletes.
En apenas unas cuantas semanas, los robos y la violencia escalaron, los guardias fueron sometidos dentro de sus casetas y los sicarios se metieron hasta las casas de sus víctimas para poder robar los autos con todo y factura, obligando a los dueños a endosar dichos documentos para ponerlos a nombre de los criminales.
“La primera vez levantaron gente que iba corriendo sobre el Boulevard, después se empezaron a apostar afuera del fraccionamiento para robar los carros de la gente que iba llegando, posteriormente se sofisticaron y se metieron a los fraccionamientos, amagando a los guardias de seguridad y esperaban a los vecinos dentro de la caseta, esto sucedió tres veces, pero el colmo fue cuando ya fueron hasta las casas de los afectados para exigir la factura de los vehículos robados”, manifestó.
Pero no sólo los robos desataron el enojo de los colonos, también se han enfrentado a secuestros y desapariciones, por lo que decidieron conformar la Unión de Colonias, Fraccionamientos, Parroquias y Colegios de la Zona Sur de Morelia que agrupa alrededor de 140 asociaciones civiles y vecinales.
Omaña González explicó que aun cuando la violencia en Michoacán parece concentrarse en la zona conocida como “Tierra Caliente”, actualmente en disputa entre los grupos de autodefensa y el grupo delictivo autodenominado “Caballeros Templarios”, la inseguridad también tiene copada a la capital michoacana, sin que los gobiernos federal y estatal reconozcan dicha situación.
“A partir de enero del 2013, se dispararon hasta en un 80 por ciento los secuestros, son los números que el mismo gobierno proporcionó, los levantones y las desapariciones siguen, desgraciadamente muchas gentes no denuncian, algunos hacen su denuncia frente a mí pero n ante las autoridades, porque tienen miedo de denunciar y posteriormente ser “levantados” en sus propias casas”, afirmó.
Ante dicho escenario, hace tres meses los colonos pusieron un ultimátum al gobierno del priista Fausto Vallejo y llamaron a boicotear el pago de impuestos, pero además amagaron con emular a los grupos de autodefensa que ya operan en municipios como Tepalcatepec y Buenavista Tomatlán para poder defenderse de los criminales, logrando por primera vez en más de tres años que se incrementara la vigilancia en sus fraccionamientos.
A pesar de que lograron contener los embates del crimen organizado, los colonos dirigidos por Verónica Omaña no han cedido en su lucha y en tan sólo 10 meses han diseñado su propio plan de seguridad pública, el cual incluye blindar sus casetas de vigilancia, colocar cámaras de video vigilancia y hasta la posibilidad de poder armar a sus propios guardias privados, petición que ha sido interpretada por las autoridades michoacanas como el surgimiento de la primera autodefensa urbana.
“Hicimos una suma y al mes gastamos más de millón y medio de pesos al mes por concepto de contratación de guardias privados, entones si nosotros estamos haciendo este gasto para tener un poco de seguridad, obviamente con silbatos y toletes no vamos a poder con los criminales, por eso propusimos armar a nuestros guardias privados y blindar nuestras casetas de seguridad”, reveló.
En entrevista con Noticias MVS, la también integrante del movimiento “Di Sí a La Loma” reconoció que no existen condiciones para crear un grupo de autodefensa en Morelia, ya que dicha ciudad cuenta con un millón de habitantes y a diferencia de municipios más pequeños, no es tan fácil identificar a todos los vecinos ni a los presuntos delincuentes, por lo que podrían darse confusiones.
A pesar de ello, Verónica Omaña advierte que al menos con comunicados, declaraciones públicas y también durante reuniones que han sostenido con diputados locales, mantendrán su línea de apoyo a los grupos de autodefensa que están encabezados por el líder agrario, José Mireles, a quien considera un ejemplo y al que califica como “defensor de los michoacanos”.
“Yo primero quiero escuchar que van a acabar y van a desarmar al crimen organizado y luego nos preocupamos por las guardias comunitarias y los grupos de autodefensa; eso que acaba de decir el Gobernador Fausto Vallejo de que no va a permitir ni un grupo de autodefensa más es deplorable, porque su discurso debería estar enfocado en acabar con el crimen organizado para que no haya necesidad de autodefensas, el gobierno impide a la gente defenderse pero no la está protegiendo”, sentenció.
La lideresa vecinal agregó que ante la imposibilidad de contar con sus propias autodefensas, también le han solicitado al gobierno de Michoacán que reduzca el cobro de 22 mil pesos quincenales por elemento de seguridad pública que actualmente les ofrece la Policía Bancaria del estado para la vigilancia de zonas habitacionales, ya que dicha cifra sólo la pueden pagar bancos y grandes centros comerciales.
En este sentido, advirtió que si el gobierno de Michoacán no está preparado para brindar seguridad a sus ciudadanos, tampoco debería hacer negocio con un servicio que en principio es parte de sus obligaciones, por lo que los vecinos se ofrecen a pagar el sueldo de 8 mil pesos mensuales de los policías, en lugar de los 22 mil pesos que pretenden cobrarles.
Sufre líder vecinal amenazas, hay “levantones” en escuelas, denuncia
Derivado de sus posiciones, Verónica Omaña revela que ya ha sufrido amenazas e intimidación por parte del crimen organizado, destacando que en octubre del 2012 un grupo de hombres armados llegó hasta la escuela de su hija preguntando por la menor, por lo que tuvo que cumplir con un protocolo especial para poder sacarla del lugar.
Dicho protocolo, advierte, no es nuevo, ya que otros menores y otras familias, se han enfrentado a este tipo de situaciones.
“Cuando me piden que vaya por mi hija, me dieron un protocolo de extracción de la escuela, porque no es la primera niña que van a amenazar, ya han sacado niños, estudiantes y jóvenes del Colegio Valladolid, del Tec de Monterrey, del Colegio de Jefferson, todas esas escuelas han sido azotadas por el crimen organizado”, denunció.
Dijo que el secuestro de menores en escuelas puede obedecer a tres causas, a venganzas entre narcos porque sus hijos estudian en escuelas privadas, a actos delictivos como secuestros y extorsiones y a intimidaciones en contra de activistas sociales como ocurrió en su caso.
En este sentido, denunció que tras investigaciones propias, descubrió que hay servidores públicos involucrados, lo que ha reforzado su desconfianza hacia las autoridades locales y federales, así como su apoyo a los grupos de autodefensa y las guardias comunitarias.
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