El capo mexicano –del que ahora se desconoce su paradero– salió de la cárcel en agosto pasado, después de pasar 28 años en prisión por el homicidio del agente antidrogas estadounidense Enrique “Kiki” Camarena en 1985. Apenas el martes Estados Unidos ofreció una millonaria recompensa para capturarlo y juzgarlo en ese país.
Con cuatro votos contra uno, la sala de la Suprema Corte encargada de revisar asuntos penales determinó que el tribunal que decidió liberar a Caro no actuó de manera adecuada.
El ministro José Ramón Cossío expuso un minucioso alegato de las razones por las que en su opinión no era posible otorgar el estatus de persona internacionalmente protegida al exintegrante de la Agencia Antidrogas Estadounidense (DEA, por sus siglas en inglés), punto donde recaía la controversia.
Un funcionario de la embajada de EU en México que asistió a la sesión de la Suprema Corte dijo a The Associated Press que el gobierno de su país estaba “satisfecho” con la decisión.
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