FUENTE: PROCESO (REDACCIÓN).
MÉXICO, D.F. (apro).- Edgar Jiménez Lugo, El Ponchis, nació en San Diego California, Estados Unidos. A los cinco años fue separado de su madre y desde entonces su vida se torció.
Empezó la escuela, pero sólo pudo concluir el tercero de primaria. Se salió porque no le gustaba. Sin vigilancia de sus padres, no le fue difícil deshacerse de los estudios y se convirtió en presa fácil de la delincuencia.
Su carrera criminal la inició a los 11 años, con el asalto a un negocio del que no salió bien librado. Fue detenido, pero salió libre inmediatamente por tratarse de un menor de 12 años.
De vuelta en las calles, según su propia versión, fue “levantado” por la banda de Julio de Jesús Hernández Radilla, El Negro, líder de los sicarios del Cártel del Pacífico Sur y su mentor.
Fue él quien lo introdujo en el flagelo del narcotráfico, de la tortura y el asesinato; le asignaba trabajos como degollar y cortar los órganos genitales de rivales, bajo el influjo de la mariguana.
Además, reveló que fue entrenado bajo un régimen “militar” porque lo ponían a marchar, lo formaban con otros ‘reclutas’, y era golpeado o puesto bajo arresto si incumplía. Por su trabajo le pagaban dos mil 500 semanales, en dólares o en pesos.
A mediados de 2010, él mismo atrajo los reflectores de la ciudadanía y las autoridades cuando empezaron a circular en YouTube una serie de videos en los que El Ponchis demostraba lo que había aprendido: torturar a sus víctimas para luego ultimarlas.
El mismo confesó que sólo mató a cuatro, pero testigos afirman que fueron muchos más.
En plena guerra del gobierno contra el crimen organizado y con las pruebas exhibidas en las redes sociales, inició la persecución del “niño sicario”, como también lo apodaron.
Finalmente, el viernes 3 de diciembre de 2010 fue detenido en el aeropuerto Mariano Matamoros del municipio de Xochitepec, al sur de Morelos, cuanto intentaba viajar a Tijuana en la línea Volaris, y de ahí a San Diego –su lugar de origen—acompañado de sus dos hermanas conocidas como Las Chabelas.
“Me detuvieron ahí, en el aeropuerto. Iba a San Diego, California. Iba a cambiar, a ver a mi madrastra, iba con mi hermana. El dinero para viajar me lo dio mi mamá”, declaró en esa ocasión, aunque en otra entrevista afirmó que no tenía padres.
El viaje lo hizo por recomendación del mismo Hernández Radilla quien, según declaraciones de El Ponchis, le advirtió que se fuera del país. “Aquí está muy feo, te van a agarrar, cuídate mucho”, le habría dicho.
Su hermana Isabel, de ahí el apelativo de Las Chabelas era novia de Radilla Hernández. Las Chabelas, se encargaban de tirar los cadáveres.
Cuando fue detenido, El Ponchis tenía 14 años. Las autoridades lo buscaban por su participación en los asesinatos y por pertenecer al CPS, encabezado por Héctor Beltrán Leyva.
Al momento de su captura sólo reconoció el crimen de cuatro personas y confesó que lo hizo bajo los influjos de la droga y por órdenes de su jefe, Radilla, quien lo amenazaba con matarlo si se negaba a hacer lo que le ordenaban, según contó el propio Jiménez Lugo.
El Ponchis confesó que él era el encargado de degollar a las víctimas, pero nunca admitió que su participación en la mutilación de sus víctimas ni tampoco en colgarlos de los pies en un paso a desnivel en el sur de Cuernavaca.
El último crimen en el que participó, dos meses antes de ser capturado, fue el asesinato de un hombre, cuyo cadáver fue arrojado en la autopista Cuernavaca-Acapulco, a la altura de la colonia Antonio Barona.
De acuerdo con un informe de la Dirección General de Despliegue Regional Policial de la Procuraduría General de la República, al cadáver le sacaron el cerebro y en su lugar le pusieron carne molida.
Además de los cuatro asesinatos que confesó, las autoridades lo responsabilizan de otros delitos, como el secuestro de tres personas, transporte de mariguana y portación de arma prohibida.
“He matado a cuatro personas, los degollaba. Sentía feo al hacerlo. Me obligaban”, dijo en una entrevista después de su captura.
–¿Cómo te convencían de que lo hicieras?—le preguntaron
– (Me decían) que si no lo hacía que me iban a matar. Yo nada más los degollo (sic), pero nunca fui a colgarlos a los puentes, nunca.
–¿Tienes miedo?
–No
–¿Estás consciente de que te van a juzgar por delitos federales?
–Sí—contestó en aquella ocasión el “niño sicario” quien días antes de su liberación pidió la protección de las autoridades por “miedo” de que el cartel intente reclutarlo otra vez.
Un usuario de Facebook de nombre José Serna escribió en su cuenta tras enterarse de la liberación de El Ponchis:
“llate manchastes lasmanos desangre noqueda deotra solo queda entrarle ponchis acuerdate las calles ansido tu escuela I elvandalismo tuvida cps te espera plebe” (sic), escribió el usuario seguidor de la Santa Muerte y radicado en Bakersfield, California.
El Ponchis fue liberado la madrugada de este martes y de inmediato se trasladó a Tijuana, Baja California, donde se reunión con familiares, en espera de cruzar la frontera para dirigirse a San Diego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario