miércoles, 13 de noviembre de 2013

Rechazo a la Ley de Participación Ciudadana

FUENTE: Monitor Político.
AUTOR: DANIEL BUTRUILLE.


El desenlace de la votación sobre la Ley de Participación Ciudadana en el Congresodel Estado, el día de ayer, si bien es una desilusión, no constituye realmente una sorpresa; confirma el diagnóstico publicado hace algunos días sobre el PRI.

Primero, cabe destacar que se habla de la votación y no del debate, por qué debate no hubo. El PRI tiene sus razones pero no puede sostener ningún debate. Para debatir, necesita uno tener razones confesables, si no las tiene, no puede debatir, por qué lo inconfesable no sale en público. Y las razones del PRI son inconfesables.

La actitud de Edgar Romo, líder de la bancada del PRI, agente del gobernador, refleja la actitud del gobernador. Soberbio, sordo y miembro de una casta que no tiene por qué explicar su desprecio y su desdén del ciudadano corriente.

El ciudadano es un ente explotable a voluntad, tan fácil de engañar que es un placer hacerlo, al cual hay que satisfacer de vez en cuando con algún satisfactor como una despensa de Soriana por ejemplo, sumiso y entregado por un mes de metro gratis o un mes de agua regalada.



Esta es la imagen del ciudadano para el PRI. Dale algo (con cargo al erario, o sea con cargo a él mismo) y estará contento, votará por ti y te puedes olvidar de él hasta la próxima elección. En estas consideraciones, es muy natural preguntarse para qué darle participación a un ciudadano que no ha salido de su condición de siervo.

El PRI sigue en el siglo XIX, heredero de virreyes y de empleados de la corona. Sirven a un amo que ya no se llama virrey pero que sigue con las mismas características, insultante, por encima de las leyes comunes y para quien rendición de cuenta es una pérdida de figura.

En Nuevo León, para lograr Participación Ciudadana, habrá que provocar un despertar ciudadano y sensibilizar a los electores acerca del sentido de su voto. Habrá que entender que democracia no es solamente ir a votar cada tres años, democracia es participar, intervenir en la vida pública y saber cuestionar la razón de una despensa de Soriana y el por qué de un día gratis en el metro.

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