Después del asesinato del edil michoacano, el secretario de Gobernación se deslindó y aseguró que los alcaldes deben cuidarse y hacer lo posible por devolver la seguridad a sus municipios.
Sin embargo, deslindó al Gobierno Federal de tener que ayudar a los ediles.
“No podemos ponerle un cuerpo de seguridad a cada presidente municipal, pero ellos tienen que cooperar mejor para regresar la seguridad a su municipio”, dijo ante los senadores.
El Gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, reconoció que en el estado los alcaldes sufren de extorsiones.
La seguridad de dos de sus municipios, Lázaro Cárdenas y Apatzingán, está a cargo de las fuerzas federales desde el 4 de noviembre debido a la presencia de Los Caballeros Templarios y grupos de autodefensa.
Había denunciado amenazas
Ygnacio López Mendoza, alcalde asesinado, denunció amenazas del crimen organizado.
El munícipe de Santa Ana Maya, Michoacán, asesinado el jueves pasado, denunciaba desde febrero que el crimen organizado de su localidad le exigía 100 mil pesos mensuales para dejarlo trabajar.
El edil, quien también era líder de un movimiento de alcaldes de municipios con escasos recursos, incluso realizó una huelga de hambre en octubre ante el Senado buscando ayuda para Santa Ana Maya.
“Él ya lo había dicho desde febrero, él pagaba una cuota y que había recibido una llamada esta semana (…) Tenía que pagar cuota… es obvio que tiene que ver con la delincuencia organizada”, dijo Ricardo Baptista, director de la Asociación de Autoridades Locales de México (ALMAAC) a CNNMéxico.
El alcalde fue hallado muerto en su camioneta la madrugada del jueves a 10 minutos de su casa, donde colinda Michoacán y Guanajuato.
Tan solo una semana antes expuso la situación que enfrentaba en una reunión de la mesa directiva de ALMAAC en la Ciudad de México.
“Ygnacio padeció durante su gestión, no solo la falta de recursos, sino el acoso del crimen organizado”, explicó Baptista.
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