AUTOR: ANTONIO JIMÉNEZ.
(18 de Noviembre, 2013).- “Señor Peña Nieto, usted y yo no somos iguales. Sin embargo, expresamos las mismas intenciones por lo menos de palabra. Y es que si a usted le preocupa la educación del país he de decirle que a mí me preocupan sus decisiones frente a ella”, fueron las palabras que la maestra Giovanna Liévano, de Acayucan, Veracruz, expresó a Enrique Peña Nieto frente a una Secretaría de Gobernación (Segob) rodeada por vallas metálicas y cientos de policías federales.
Esta tarde, como parte de las jornadas de protesta permanente, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), provenientes de estados como Oaxaca, Chiapas, Veracruz y Estado de México, marcharon y se manifestaron en las instalaciones de Televisa Chapultepec y la Segob.
En Asamblea Nacional Representativa (ANR), se decidió llevar a cabo movilizaciones conjuntas rumbo al 20 de noviembre, día que se pretende realizar una marcha y evento político conmemorativo por la Revolución Mexicana. Las rutas y las acciones para ese día todavía se evalúan y discuten en comisión política.
Un acto relevante fue un reto enviado al titular del Ejecutivo por una maestra veracruzana, quien aseguró que si Peña Nieto enviaba a sus hijos a recibir educación a alguna de las comunidades más lejanas del país y si da clases durante un bimestre bajo las mismas condiciones que los maestros viven, ellos dejarían las protestas, levantarían el plantón y aceptarían las reformas.
En los últimos meses usted ha expresado la preocupación por su país al igual que de sus maestros.
¿Quién soy yo? Yo soy México, llevo en mi pie el color de raza, huelo la esperanza que despierta a mi gente todos los días y la impulsa arduamente para sobrevivir. Llevo a sol y sombra todas las preocupaciones que solo los de mi clase tienen que resolver. Me visto con la desesperación y la incertidumbre de mis hijos. Veo con el alma el corazón puro de mi gente que sonríe a pesar de la desgracia y queda grabada en mi mente la pureza que solo da Dios a los inocentes.
Señor presidente usted y yo no somos iguales, sin embargo expresamos las mismas intenciones por lo menos de palabra. Y es que si a usted le preocupa la educación del país he de decirle que a mí me preocupan sus decisiones frente a ellas.
Qué tanto sabe de la verdadera necesidad educativa de mis alumnos, sabía usted que mis niños no están interesados en las palabras “calidad educativa”. A ellos tampoco les interesa saber en qué nivel se encuentran respecto a los “estándares internacionales”. Eso nos preocupa a nosotros los adultos, que complicamos todo.
Sabe, los niños son más simples. Ellos se preocupan por que le duele la panza por no haber comido tal vez en días. Les interesa el problema que les ocasiona dolor de cabeza por la desintegración familiar por la que atraviesan. Ellos sufren por no tener una silla en dónde sentarse o si tienen mucho frío o mucho calor. Sobre todo no entiende por qué la realidad en la que viven está tan alejada de lo que se les cuenta como lo que debería de ser.
La incoherencia de las personas es la que a todos nos hace revelarnos y oponernos al cambio y es que quién no ha vivido en el pellejo del otro no tiene derecho a juzgarlo.
Lo reto pues en primer lugar a mandar a sus hijos a la escuela más recóndita del país en donde para ir a recibir clases, tendrá que caminar sin haber desayunado, con escaso material y cero tecnologías. O peor aún, a una, que sin guaruras estén expuestos a la delincuencia organizada y usted no esté seguro de volverlos a ver.
En segundo lugar, lo reto señor presidente a dar clases, un bimestre por lo menos, en una escuela rural, bajo las mismas condiciones laborales, ante las más altas exigencias burocráticas, trabajando contra tiempo escuchando a más de treinta alumnos con infinidad de necesidades específicas, siendo evaluado con riesgo de perder la presidencia de la república en caso de no desarrollar las competencias o aprendizajes esperados. Ah y se me olvidaba, percibiendo el sueldo base que nosotros los maestros nos ganamos a pulso, y con el sostener a su familia.
El día que usted señor presidente, el señor Chuayffet, los senadores, diputados, gobernadores, líderes políticos del PRI, PAN, Verde, Nueva Alianza, representantes sindicales charros, periodistas, empresarios, magnates, Televisa, cumplan con este reto, cuando sus hijos estén en nuestras escuelas, entonces nosotros los que hoy nos oponemos a esta reforma bandida, nos iremos de este mitin, levantaremos el plantón y aceptaremos estas reformas. Gracias compañeros.
Giovanna Liévano
Maestra de Acayucan, Veracruz
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