FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: Blanche Petrich.
Mujeres que intergraron la Caranava de Madres Centroamericanas concluyen en el río Suchiate su recorrido en búsqueda de familiares desaparecidos y pidieron a las autoridades mexicanas un mínimo cumplimiento de una agenda humanitaria para esta situación.
Ciudad Hidalgo, Chis. A la mitad del río Suchiate, por donde cruza históricamente el flujo de migrantes de Centroamérica, sobre las balsas que quizás un día utilizaron sus hijos e hijas para internarse sin papeles y sin fortuna a un México de tránsito que les resultó adverso, 40 madres gritaron a todo pulmón “¿dónde están, dónde están, nuestros hijos, dónde están?” y “¡Los migrantes tienen derechos, que se respeten!”
El cruce por río de Ciudad Hidalgo a la orilla guatemalteca de Tecún Umán de la Caravana de Madres Centroamericanas en Busca de sus Hijos, ondeando las cuatro banderas de sus países y coreando consignas fue celebración, protesta, despedida y catarsis del fin de un viaje que las llevó durante 16 días por 23 localidades (14 estados; 5 mil 870 kilómetros de carretera) desde la frontera sur hasta el bajío por la ruta del Pacífico, buscando encontrar al mayor número de personas y exigiendo al gobierno mexicano un mínimo cumplimiento de una agenda humanitaria.
Martha Sánchez Soler, organizadora de la caravana y directora del Movimiento Migrante Mesoamericano y los representantes de los cuatro grupos nacionales participantes (Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua) leyeron en conferencia de prensa, realizada en el cortijo del embarcadero ribereño de Tecún Umán el comunicado que reitera lo central de sus demandas: que el gobierno mexicano dé cuenta de los cerca de 70 mil migrantes de esa región desaparecidos en territorio nacional, la suspensión de visas para viajeros en tránsito y la reparación del daño y pago de indemnización por cada centroamericano sin papeles encontrado muerto a lo largo de la ruta migratoria.
Además, con este acto el eslabón más débil de la cadena conmemoró a su manera el Día Internacional del Migrante.
En esta jornada, la novena en su tipo que organiza el MMM, se lograron mediante investigaciones propias y visibilización en medios de comunicación y plazas públicas 12 encuentros confirmados, un resultado inédito hasta ahora y que superó los logros previstos.
Por su parte, el sacerdote Heyman Vázquez, párroco de Huixtla, y director del albergue para migrantes San Francisco de Asís señaló que las celebraciones de autoridades federales y estatales por el Día Internacional del Migrante “festejan un México que no existe ya que en el país real que padecen y sufren los migrantes centroamericanos y las organizaciones que los apoyan lo común es el atropello, el abuso de autoridad, la discriminación y la impunidad”.
A su vez, la salvadoreña Ana Celaya, madre de un migrante desaparecido y fundadora de Cofamides, definió el momento que enfrentan los gobiernos de Centroamérica y el de México como “totalmente desbordado, ya que mientras en la ruta aumentan la violencia, los riesgos y la colusión de autoridades y crimen organizado que atentan contra los migrantes, las averiadas economías de sus países de origen son incapaces de ofrecer algún estímulo para impedir la diáspora que cada día se intensifica.
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