FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: PENILEY RAMÍREZ.
Las mineras en México parecen estar “encantadas”. Fueron beneficiadas con la reforma energética y también gozan de otros privilegios. El año pasado la mina La Encantada solo pagó de impuestos un 0.004 por ciento de sus supuestas ganancias.
Afincada sobre tierras que pertenecen a una comunidad ejidal, la mina La Encantada tiene un récord: es la que paga menos impuestos sobre sus ganancias en todo México.
La cifra parece risible.
El año pasado la compañía canadiense First Majestic, dueña del 100 por ciento de la mina ubicada en Ocampo, Coahuila, ganó por la extracción de plata en La Encantada, mil 464 millones de pesos.
Ese mismo año pagó al estado mexicano 68 mil 160 pesos de impuestos. La cifra significa un 0.004 por ciento de sus ganancias.
Aun así, al gobierno le fue mejor que a los ejidatarios.
Los dueños de las tierras donde están ubicadas tanto la mina como sus caminos de acceso, no han recibido ni un centavo de la minera en las cuatro décadas en que se ha explotado comercialmente.
La empresa canadiense lo sabe bien.
En mayo de este año intentaron negociar con la asamblea de 36 ejidatarios que son –por decreto presidencial de junio de 1973– los dueños de las tierras.
First Majestic les brindó 10 millones de pesos para comprarles las mil 343 hectáreas de su terreno y “dejar la fiesta en paz”.
¿Diez millones para cada ejidatario? Preguntó Demetrio González, uno de los dueños de las tierras. No, para que se repartan entre los 36, contestó el abogado de la minera.
Serían 277 mil pesos por dueño, después de haber gastado en juicios y haber tenido afectaciones en sus tierras durante los últimos 40 años.
Los dueños no aceptaron. Piden, como mínimo, que les paguen a cada uno 1.5 millones de pesos como indemnización por el uso indebido de sus tierras y una renta mensual a partir de que se llegue a un acuerdo.
Sabiendo que los comuneros ignoran las ganancias reales que obtuvo First Majestic por la extracción de cuatro millones de onzas de plata solo el año pasado en La Encantada, se rieron de su petición.
“Nos dijeron que los semidioses que están en Canadá están a años luz de podernos pagar ese dinero”, cuenta desde un café en la Ciudad de México el presidente del Comisariado Ejidal, Mario Antonio Valdes.
Los ejidatarios vinieron a buscar en la capital la ayuda que les han negado durante años en Coahuila.
A pesar de que han ganado los juicios para recuperar sus terrenos y pudieron demostrar que las hectáreas donde está afincada la mina pertenecen a su ejido, todo sigue en suspenso.
La solución que encontraron fue cerrar el camino de acceso a la mina para presionar a la compañía canadiense a escucharlos.
El intento fue fallido. A menos de tres días de que se instalaran en el acceso, la policía estatal los sacó del lugar.
Ahora enfrentan una denuncia por “obstrucción a las vías de comunicación”, la cual los podría llevar a juicio.
Concesión ¿pirata?
Los registros de la Secretaría de Economía indican que la mina La Encantada, propiedad de la canadiense First Majestic, tiene vigente una concesión para explotar plata durante los próximos 45 años.
La concesión fue otorgada en octubre de 2008, mientras el secretario de Economía era Gerardo Ruiz Mateos, coordinador de finanzas de la campaña de Felipe Calderón y dos veces su jefe de la Oficina de Presidencia.
De acuerdo con los documentos de la concesión, el lote Platón, concesionado en 2008, es el mayor de una serie de 14 lotes cuyos permisos de explotación vencerán entre 2015 y 2040.
En los permisos oficiales indica que la minera solo ocupa un área de 2 mil 335 hectáreas.
A sus accionistas First Majestic les presume que tienen posesión de 4 mil 76 hectáreas de derechos mineros y mil 343 de derechos de superficie, es decir, exactamente los que reclama el Comisariado Ejidal.
La Encantada tiene dos títulos: es la mayor inversión de First Majestic y es la mina que paga menor porcentaje de impuestos entre sus equivalentes en México.
Sus porcentajes de pago de impuestos están muy por debajo de Fortuna Silver Mines, en Oaxaca, Aurico Gold, ubicada en Sonora y otras minas propiedad de compañías canadienses.
Los datos fueron elaborados por el Comisionado para el Diálogo con los Pueblos Indígenas en un estudio sobre la Minería en México.
Para los ejidatarios, el título de concesión con el que opera La Encantada es “pirata”.
Fue otorgado utilizando como garantía del terreno un título de propiedad que fue revocado por un juez agrario desde 2006.
Historial de agravios
En una entrevista en la Ciudad de México los ejidatarios de Coahuila afirman que las autoridades no han resuelto su reclamo del pago.
Enfundado en una chamarra de piel, sin desprenderse ni un instante de su sombrero, Mario Antonio Valdés, presidente del Comisariado Ejidal que reclama los terrenos de La Encantada, relata una batalla que cumple ya 40 años.
En junio de 1973 el ejido Tenochtitlán, en el municipio de Ocampo, en Coahuila, obtuvo una resolución presidencial para administrar 10 mil 100 hectáreas de tierras ganaderas.
Valdés y sus dos acompañantes, el ejidatario Demetrio González y su asesor Juan Abdón Valdez, muestran los planos que traen doblados al interior de una carpeta.
“Este es el terreno que dieron por decreto presidencial, esta es la tierra que les corresponde”, plantea Abdon, quien ha acompañado a los ejidatarios en su batalla legal.
Al año siguiente de que el decreto fuera publicado en el Diario Oficial de la Federación, cuando ya las tierras eran legalmente propiedad del ejido, el pequeño propietario Armando de Hoyos Galicia vendió “su terreno” a la minera Peñoles, primera propietaria de la mina.
“Desde ahí estuvo incorrecto, él no podía venderle porque las tierras ya eran nuestras”, explica Valdes.
La mina se instaló en La Encantada.
En mayo de 1980 personal de la Secretaría de la Reforma Agraria se presentó en el terreno para ejecutar la orden presidencial y entregar las tierras al ejido.
Ese día les entregaron sólo 8 mil 765 de sus 10 mil 100 hectáreas. El resto, les dijeron, “no estaba disponible”. No hubo mayor explicación.
Los ejidatarios tuvieron que esperar 24 años, hasta julio de 2004, para que la Secretaría ordenara una ejecución complementaria, con la cual les entregarían el resto de su terreno, que entonces ya tenía tres décadas funcionando como una mina de plata.
Grupo Peñoles solicitó un amparo contra la resolución. Ganaron tiempo mientras se resolvía el proceso judicial y siguieron explotando la mina.
En 2006 Peñoles vendió La Encantada a First Majestic y ésta se convirtió en “la mayor operación de la compañía” en México, según informa la empresa a sus inversionistas.
En mayo de ese año la empresa perdió la solicitud de amparo y nuevamente la Secretaría de la Reforma Agraria giró una orden para que se llevara a cabo la ejecución complementaria de la orden presidencial, que les otorgaba derechos sobre esa superficie.
La ejecución fue una burla, a decir de los ejidatarios.
La persona que se presentó a entregarles “sus terrenos” les hizo entrega de lotes que no pertenecían al ejido, estaban fuera del plano original y tienen otro dueño legalmente acreditado.
Ante la autoridad la orden había sido cumplida. Los terrenos de la mina estaban a salvo para First Majestic.
En 2011 los ejidatarios decidieron que continuarían la pelea. Presentaron un litigio ante el Tribunal Unitario Agrario con sede en Torreón, Coahuila, 700 kilómetros al suroeste del ejido.
“No nos han resuelto nada, nos dicen que ni siquiera han podido notificar a la empresa, nosotros mismos hemos ido a las oficinas de la compañía y nos dicen que no quieren recibir la notificación”, relata Valdes.
Las tierras, a remate
Desde la ciudad de México, el director general de First Majestic en el país, Ramón Dávila Flores, dijo en una entrevista para Price Waterhouse Coopers que su éxito se debe a que han contratado mexicanos talentosos, y que han aprovechado la tendencia al alza de la plata.
Este equipo forma parte de los que negocian ahora con los ejidatarios.
Al tiempo que la compañía se ha negado a aceptar las notificaciones para retomar el juicio por el ejido, ha buscado negociar directamente con los implicados.
En mayo de este año el Comisariado Ejidal se reunió con varios representantes de la empresa, quienes les ofrecieron “llegar a un acuerdo”.
La oferta de 10 millones de pesos por su terreno fue rechazada por los ejidatarios, quienes les exigieron también que pagaran derechos por un camino que atraviesa el terreno y lleva hasta la mina, cruzando otra parte de sus tierras.
“Les dijimos que les dábamos una fecha límite, que era junio de este año, pero no hicieron nada”, cuenta Valdes.
Decidieron cerrar el acceso a la mina, sobre el camino que pertenece a sus tierras.
“El ejido cerró el camino y al tercer día lo vinieron a abrir”, asegura el ejidatario, quien ahora enfrenta una denuncia por “obstruir vías públicas”.
Valdez obtuvo documentos estatales y federales donde les indican que ese camino no pertenece a la red estatal ni nacional de carreteras y caminos, que no es una vía pública.
Pese a ello, ahora están sentados en el banquillo de los acusados. Mientras, los canadienses ganan tiempo frente al juicio y siguen extrayendo onzas de plata mexicana.
Pagan poco por la plata
La mina de plata “La Encantada”, al norte de Coahuila, está en terrenos ejidales que no ha comprado la canadiense First Majestic. Mientras los propietarios demandan y esperan el juicio, la compañía minera continúa explotando el metal y reportando cantidades que no comprueban haber sustraído realmente.
> 1,464 mdp dicen los canadienses haber ganado en 2012
> 68,160 pesos de impuestos pagó First Majestic
> 4,000,000 de onzas de plata explotaron en 2012
> 10,000,000 de pesos ofreció First Majestic por comprar los terrenos
> 277,000 pesos recibiría cada uno de los 36 propietarios
> 1,500,000 de pesos pide cada ejidatario como indemnización
> 4,076 hectáreas de derechos mineros tiene First Majestic
> 2,335 hectáreas dicen que comprende la minera
> 45 años es la concesión para explotar plata
> 40 años han sufrido los ejidatarios por afectaciones en sus tierras
"4 decadas de explotar comercialmente"... increíble cuando la empresa apenas solo tiene 10 años de haber sido fundada, muchos datos incongruentes y sin fundamentos, cifras al azar y desconocimiento total de los acuerdos entre empresa y ejido, este tipo de notas desprestigian a empresas, la libertad de expresión es una garantia, pero no por eso tenemos el derecho de escribir consas que desconocemos. De verdad una tristeza el leer este tipo de notas.
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