FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ARMANDO ESTROP.
Alejandra Sota pasó de tener un cargo menor en PAN a ser vocera de la presidencia en el sexenio de Calderón. Y también pasó de estar en la lista de los 300 jóvenes más influyentes del país a una de los 10 funcionarios más corruptos del 2013.
Alejandra Sota vivió las mieles del poder.
Llegaba en vehículo blindado y con escoltas a visitar grandes empresarios de los medios de comunicación. Un séquito de subalternos le abrían el paso y las puertas.
Su amistad con el presidente Felipe Calderón la hizo grande.
Se echaba por tierra el adagio de que en esta época el no tener una carrera universitaria te puede llevar al fracaso.
Había pasado de tener un cargo menor en el Comité Ejecutivo Nacional del PAN a ser la directora de comunicación social y vocera de la Presidencia de la República.
Sustituyó en el cargo al exbaterista de Timbiriche, Maximiliano Cortazar.
Siempre a un lado de Felipe Calderón.
Terminado el sexenio se acabó la vida de ensueño para todos ellos.
Los más afortunados, con el padrinazgo de Calderón, consiguieron una curul en el Senado o en la Cámara de Diputados. En ese combo político venía también para ellos el fuero.
No todos los allegados al expresidente corrieron con la misma suerte.
Regresó el PRI a Los Pinos y a lo largo de los primeros meses encontraron lo que los panistas habían dejado a su paso. Alejandra Sota dejó huellas fáciles de rastrear.
Quedaba atrás la lista de los 300 jóvenes más influyentes del país, entre los que se encontraba Sota, y que cada año la revista Líderes Mexicanos enaltece.
La lista a la que ahora pertenece es más pequeña. Son solo 10 personajes y sólo hay dos mujeres. La lista publicada en la página electrónica de la Revista Forbes es sobre los 10 funcionarios más corruptos del 2013 en México.
Alejandra Sota ahora comparte escena con la exlíder sindical en prisión Elba Esther Gordillo; con el polémico y sospechoso millonario Carlos Romero Deschamps y con el exgobernador Tomás Yarrington, acusado de narcotráfico.
Tras las huellas de Sota
Alejandra Sota estudió Ciencias Políticas en el ITAM. No terminó la carrera. Aún así ocupó altos cargos durante la administración de su amigo Felipe Calderón.
El diario Excelsior hizo una investigación sobre cómo la actual administración priista le sigue la huella a un presunto fraude a favor de sus más cercanos amigos.
Con información que se obtuvo de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y del Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (Ifai), la publicación informó que la exvocera presidencial presuntamente benefició a las empresas Defoe Experts on Social Reporting y Milenio Consultores, propiedad de sus excompañeros de la universidad.
Y es que las dos empresas tienen como dueños a José Alonso Arango Pérez y Yamil Nares Feria, quienes estuvieron en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) con Sota.
A estas dos firmas se les habrían entregados 45 millones de pesos en un lapso de tres años, desde finales del 2009 hasta noviembre del 2012 –fechas que coinciden con el paso de Sota por Comunicación Social de Presidencia de la República- en el Seguro Social, la Secretaría de Gobernación y la propia Presidencia.
Siete de los contratos que se realizaron fueron específicamente para trabajos en Los Pinos y se le otorgaron a la empresa Dafoe, dirigida por Yamil Gustavo Naires Feria, quien ocupó el cargo de subdirector de Opinión Pública en la Presidencia de la República.
Otro de los escándalos más recientes es el adeudo que hay de la Secretaría de Salud a una serie de empresas por campañas en medios de comunicación. El monto asciende a más de 317 millones de pesos en al menos 260 contratos.
Se ha mencionado que quien hizo estos contratos fue el director de Comunicación Social, Carlos Olmos. Sin embargo se sabe que las indicaciones de adquisición de este tipo de campañas eran órdenes directas desde la oficina de Comunicación Social en Los Pinos.
Así se hizo durante todo el sexenio.
La Presidencia de la República actualmente se ha negado a pagar ese monto a pesar de ser una deuda institucional.
El argumento es que los servicios nunca se realizaron para la Secretaría de Salud y fueron para publicidad de Felipe Calderón o para apoyar campañas políticas del 2012.
Sin embargo, las empresas se contrataron con el aval –así lo obliga la Ley- del entonces director de normatividad de la Secretaría de Gobernación, Luis Alejandro Echegaray.
En el oficio SMN/DGNC/0075/2012 con fecha del 10 de enero de 2012 aparece la firma de este funcionario, quien tenía una muy cercana amistad con Alejandra Sota.
“Esta Dirección General, en el ámbito de su competencia, autoriza la difusión de la campaña “ADICCIONES” Fase 1, Prevención de las adicciones Fase 2 y Red Nueva Vida de conformidad con su solicitud, sometida mediante oficio DGCS/DSyE-0023-BIS/12 del 6 de enero del 2012.
“La presente autorización se extiende con fundamento en el artículo 5 del “Acuerdo por el que se establecen los lineamientos generales para las campañas de comunicación social de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal para el Ejercicio Fiscal 2012, publicado en el Diario Oficial de la Federación del 31 de diciembre del 2011”.
Los oficios para las campañas llevan todos en la última página la firma del director general de Normatividad de Comunicación de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Echegaray.
Además van con copia a Álvaro Luís Lozano González, quien era subsecretario de Normatividad de Medios.
De acuerdo a información de la PGR publicada en el diario Reforma se están investigando a 6 empresas por presunto lavado de dinero. Estas empresas habrían sido contratadas por la Secretaría de Salud para dar facturas falsas.
Sin embargo el extitular de la dependencia, José Ángel Córdova Villalobos, aseguró también que toda la contratación de empresas se hizo de acuerdo a las normas vigentes y a través de la Secretaría de Gobernación.
Alejandro Echegaray estuvo en la Dirección de Normatividad de la Segob de enero del 2010 a octubre del 2011.
‘Pinche Sota’
El anecdotario político en México siempre es irreverente y lúdico.
A finales de marzo del 2012 cuando estaba la efervescencia de la campaña presidencial se filtró a los medios de comunicación un audio.
En el hablaban el diputado panista Agustín Torres y su coordinadora –candidata presidencial víctima del fuego amigo- Josefina Vázquez Mota.
JVM: Mi Agus, vamos a ganar. ¿Y luego qué vamos a hacer?
AT: Pues no sé, ya a ver qué hacemos.
JVM: No, claro que sí.
AT: Ganarle a Peña
JVM: Claro, eso vamos a hacer
JVM: Como nos están grabando mándale un saludo a Alejandra Sota
AT: Salúdamela mucho
JVM: No, yo también. Los dos le mandados un saludo a Alejandra Sota y a Genaro García Luna. No Agus, mándales un saludo, por si pasan nuestra llamada que pasen nuestro saludo.
AT: Muchos saludos
JVM: Un saludo cariñoso a Genaro García Luna que nos graba en lugar de grabar al Chapo y un saludo muy amoroso a Alejandra Sota que filtra todas nuestras llamadas telefónicas. Pinche Sota.
Igual que su mentor, hoy Alejandra Sota estudia en Harvard. Es curiosamente –junto con su esposo- alumna de la maestría en Administración Pública en la prestigiada universidad de Boston, Massachusetts. No tiene beca y paga las altas cuotas de su propio bolsillo.
Lo serio de este asunto es que de acuerdo a una serie de investigaciones periodísticas la exvocera presidencial aún debe 10 materias en su universidad el ITAM.
Es decir: está estudiando una maestría sin contar con el título de la licenciatura. En el oficio SMN/DGNC/0075/2012 aparece la firma de Alejandro Echegaray, quien tenía una muy cercana amistad con Alejandra Sota.
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