AUTOR: ANTONIO JIMÉNEZ.
Las asambleas históricamente se han realizado para permitir y fortalecer la participación democrática de la ciudadanía, del pueblo, en la tomas de decisiones políticas. Las asambleas tienen un origen muy antiguo y se remontan a pueblos que tuvieron en común el goce de la libertad.
El día de ayer se llevaron a cabo dos asambleas en la capital. Una en Ciudad Universitaria y otra en el Centro de Coyoacán. La primera fue convocada durante la movilización el pasado 14 de diciembre en el Hemiciclo a Juárez y la última fue una convocatoria por medio de las redes sociales.
En Ciudad Universitaria aproximadamente cincuenta personas arribaron, a pesar de que el cierre de la instalaciones universitarias dificultaba el acceso al espacio universitario. Participaron aproximadamente cincuenta personas, la mayoría universitarios. La discusión que duró alrededor de dos horas se basó principalmente en la organización de acciones inmediatas en contra del alza del metro, logrando llegar a acuerdos que se llevarán a cabo durante los próximos días.
Por otro lado, la asamblea que se llevó a cabo a un costado del kiosko del centro de Coyoacán, un espacio público donde el tráfico de gente es constante, tuvo aproximadamente 150 asistentes, entre jóvenes, adultos, niños y trabajadores de zonas cercanas. En Coyoacán hubieron varios temas centrales, pero se le dio mucha importancia al tema de la privatización del petróleo y el alza al metro. También se lograron acuerdos que se llevarán a cabo durante esta semana y al finalizar la asamblea parte de sus integrantes decidieron ir a liberar e informar al metro más cercano.
El fenómeno de la asamblea no es un fenómeno nuevo en la Ciudad de México, siendo ésta uno de los espacios de consciencia política más importante en el país.
Siempre ha habido asambleas en las universidades y en los centros sindicales obreros y campesinos así como en algunas delegaciones con gran arraigo político.
Sin embargo, en estas asambleas nuevos rostros están participando, tal vez en su mayoría es gente que participa por primera vez en discusiones políticas públicas. Lo mismo que sucedió en las últimas manifestaciones de la semana pasada, donde la gran masa de la movilización no eran los activistas de siempre, sino gente que iba caminando por las calles y al comulgar con las consignas se unían a la manifestación y el mismo camino se seguía en las redes sociales.
Al parecer las asambleas están sirviendo como espacios de encuentros naturales ocasionados por la indignación social que buscan entre otras cosas, y ante el caso omiso de la clase política a las demandas sociales, organizarse y empezar a asumir un verdadero poder político.
Probablemente en los próximos meses no será raro ver asambleas estudiantiles y populares en los parques y las plazas públicas más importantes de las colonias, barrios y delegaciones de la Ciudad de México.
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