FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: ALINA ROSAS DUARTE.
En México más de 400 mil familias están en permanente movimiento, 9 de cada 10, son migrantes internos. Existen 2 millones 40 mil jornaleros agrícolas y entre 2006 y 2012, de la Montaña de Guerrero salieron más de 50 mil jornaleros, de los cuales, 47 por ciento son mujeres. Así lo señala el informe presentado por la organización de derechos Humanos en la región de la montaña y costa chica de Guerrero, Tlachinollan.
“La Montaña de Guerrero: tierra de mujeres migrantes”, es un informe donde a través de la recopilación de testimonios realizados entre abril y mayo del 2013 en zonas agrícolas de Sinaloa y Sonora, se logra publicar un material inédito el cual además contiene recomendaciones de la organización Tlachinollan con base en Convenios Internacionales como el 169 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por México, para poder asistir a las trabajadoras jornalerasque llegan a ganar comúnmente 97 pesos al día si en un grupo de 24 personas, logran llenar un camión de 3 toneladas de algún producto, tal como lo informaron el día de ayer ante la Comisión de Derechos Humanos en la Cámara de Diputados.
Guerrero, quinto lugar de migración al extranjero y el primero a nivel nacional de migrantes internos, también se ha vuelto durante los últimos cinco años, una entidad receptora de migrantes centroamericanos instalados notoriamente en la región de la Montaña. A lo largo del informe, los testimonios de mujeres migrantes que buscan una oportunidad laboral, son estremecedores.
“Aunque estoy embarazada, sí estoy trabajando, ¿con qué voy a mantener a mis hijos? Tengo muchos niños. Corto chile, tomate, cualquiera, pero sale poco […] Si me duele toda la barriga […] me voy a aliviar con partera, […] Nunca he ido al doctor”, barra en el libro Ermelinda García Valeriano, quien fue entrevistada en el poblado de Isla del Bosque en Escuinapa, Sinaloa.
O el testimonio de una mujer originaria de Guerrero entrevistada en el poblado de Miguel Alemán en Sonora. “Si ven a alguien descansando o tomando aire, simplemente les gritan: aquél está parado ya córranlo, despídanlo o mañana ya no lo traigan porque está parado. […] la gente tiene que quedarse un rato parado para descansar, porque es muy pesado el trabajo. […] Los dueños de os campos deberían de tomar conciencia que no es simplemente tener un campo y ya, porque la gente que trabaja también se cansa […] los patrones se aprovechan, al fin y al cabo siempre volvemos por trabajo […]”
Aquí, un video realizado por Tlachinollan, quien refiere que no hubiese sido posible “sin la generosa participación de aquellas mujeres con las cuales conversamos en los surcos, quienes nos brindaron un espacio para compartirnos parte de sus historias de vida, y a aquellas mujeres que solicitaron el anonimato para no perder su fuente de empleo”.
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