AUTOR: SHAILA ROSAGEL.
LINK: http://www.sinembargo.mx/05-12-2013/835104.
Ciudad de México, 5 de diciembre. Miguel Ángel Mancera llega hoy a su primer año al frente de la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal (GDF) muy lejos de la izquierda que lo postuló, cercano a la centro-derecha y con resultados “grises” en su gestión sobre temas fundamentales para la ciudad, dijeron especialistas consultados por SinEmbargo.
A Mancera no sólo “se le salió de las manos” el caso de los 12 desaparecidos del bar Heaven el 26 de mayo de este año, o la violencia en las marchas que fue incapaz de contener, sino que su afinidad política se alejó poco a poco de los liderazgos de izquierda que lo apoyaron, como Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y el ex mandatario, Marcelo Ebrard Casaubón, agregaron los analistas.
“Mancera viene del equipo jurídico de López Obrador, desde la academia, pero se ha cargado demasiado a la derecha de manera inexplicable. Lejos de asumir un papel de un gobernante líder opositor al gobierno de Peña Nieto, parece que está más cerca del Presidente”, dijo Héctor Quintanar, especialista de la Facultad Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Para Quintanar, el Jefe de Gobierno ni siquiera muestra con claridad cuál es su apuesta: lo postuló la izquierda, no está afiliado a ningún partido político, pero tampoco comulga abiertamente con el Partido Acción Nacional (PAN), ni con el Revolucionario Institucional (PRI).
“En la política se deben de definir la afinidad de forma clara. Los arranques de gobierno también son muy importantes y el de Mancera es opaco, gris. Podría enderezar el camino, le quedan cinco años; pero pareciera que como su primer año, será el resto. Ojalá que rectifique, porque pese a los vicios del partido que han gobernado durante los últimos años el Distrito Federal, la ciudad es un espacio de mayores libertades políticas que el resto”, dijo.
Luis Miguel Pérez Juárez, profesor Investigador de la Escuela de Graduados en Administración Pública y Política Pública del Tecnológico de Monterrey, opinó que Mancera desilusionó en los electores y a los liderazgos que lo apoyaron.
Muy lejos quedó aquella fotografía que se tomó sonriendo con López Obrador durante un juego de beisbol y muy cerca su deseo de que “el PRD rectifique y reconsidere el Pacto por México”, un acuerdo que el líder de Morena aborrece y llama el “Pacto de la traición”.
Un Andrés Manuel que al parecer había elegido al político para sus filas y que todavía en agosto defendía en sus mítines durante su gira por las 16 delegaciones del DF, a pesar de las consignas y gritos de inconformidad de sus seguidores.
Mancera se volvió un costo político elevado para López Obrador y para la izquierda más radical que lo apoyó, según los observadores.
“La izquierda está desilusionada; [Mancera] les confirma que no comulgaba directamente con sus principios. Si se traslada la brújula política, hay un acercamiento con la derecha y los apoyos de la izquierda hacia Mancera van a ir disminuyendo como el precio que tiene que pagar por su buena relación con el gobierno federal. Andrés Manuel lucha por el registro de Morena y se tiene que afianzar en posiciones de izquierda, Mancera lo deslegitima”, detalló Pérez Juárez.
El analista no ve un retorno de Miguel Ángel Mancera a las posiciones de los liderazgos que lo impulsaron, sino que su posición centro-derecha será el común denominador de su gestión durante los próximos años.
“Ese será el tenor que se verá durante todo su gobierno. Todos los gobiernos sin tomar en cuenta si lo han hecho bien o mal tienen un desgaste natural. El PRD ya lleva varios años gobernando y ese desgaste se incrementa cuando su gobernante se aleja de las bases de izquierda. Eso lo van a aprovechar el PRI y el PAN para intentar recuperar a la ciudad”, indicó el experto.
Tanto Pérez Juárez como Quintanar coincidieron en que a pesar del actuar del Jefe de Gobierno capitalino, el PRD, aliado con Movimiento Ciudadano (MC), Partido del Trabajo (PT), aún podrá conservar la jefatura en 2018.
“La izquierda ha trabajado mucho por mantener su poder en el DF. Los programas sociales de López Obrador aún existen y eso trae consigo un clientelismo considerable. Aún con Mancera no será tan fácil arrebatar al DF”, dijo Pérez Juárez.
Durante el primer semestre del año, Mancera proyectó ser el Alcalde que sólo retomó y aprovechó los frutos de la administración de Marcelo Ebrard Casaubón e incluso de Andrés Manuel López Obrador. Pero sin brillo propio, coincidieron.
Incluso ese mismo mes la fundación City Mayors lo nombró Alcalde del mes de junio y según la página de internet de la organización, uno de los motivos que se tomaron en cuenta para su elección fue porque “cuando en diciembre de 2012 Miguel Ángel Mancera asumió como Alcalde de la Ciudad de México era inevitable que fuera comparado con sus dos predecesores inmediatos. Después de todo, tanto Manuel López Obrador (2000-2006) como Marcelo Ebrard (2006-2012) implementaron cambios radicales en la ciudad”.
La organización dijo que Mancera supo “tomar lo hecho por Obrador y Ebrard como una base sólida para comenzar a construir una ciudad que pueda competir de manera exitosa con otras metrópolis como Nueva York, Sao Paulo, London y Tokyo”.
Sin embargo, durante los seis meses posteriores, el político no pudo elevar el nivel de su jefatura y consolidar una imagen como un candidato natural para la Presidencia de la República en 2018.
“Uno de los puntos indispensables es que la jefatura del gobierno capitalino es una antesala a una candidatura a la Presidencia. Ebrard, Cárdenas y Obrador empezaron con medidas claras y fueres: Obrador con sus programas sociales, Marcelo comenzó tratando de ganarse la clase media, pero con Mancera no es así, inició su gobierno con la violencia del primero de diciembre y las detenciones de la policía capitalina”, dijo Héctor Quintanar.
Pérez Juárez del TEC de Monterrey indicó que la percepción de la población es que este año hay muchos más problemas que durante el primer periodo de Ebrard.
“Es un año difícil por las reformas a nivel federal, mucha presión, marchas y hay una percepción de que no hay un gobierno fuerte, sólido. El caso del Heaven es un parte aguas porque despertó a la ciudadanía de una idea de que vivía en una ciudad segura y el gobierno fue incapaz de resolver este problema”, dijo.
El especialista añadió que si se le pregunta a Mancera sobre su primer año de gobierno, ni siquiera él podría sostener que fue un periodo exitoso.
“Estoy seguro que si a Mancera le preguntamos si está contento con los resultados, aceptaría que no se obtuvieron los resultados deseados, ni se cumplieron las metas”, dijo.
El politólogo Salvador Mora indicó que el primer año de Mancera es de contrastes.
“No ha sido brillante. La cuestión de la seguridad ligado con el uso de la violencia, y las expresiones de violencia que no se pueden controlar, si a eso le agregamos el problema del transporte y del agua, es muy difícil”, indicó.
El 3 de octubre, un día después de la represión a los manifestantes del 2 de octubre, donde incluso hubo policías vestidos de civiles, organizaciones de derechos humanos que coordinaron a la red de corresponsales y observadores #RompeElMiedo denunciaron que el gobierno de Mancera es incapaz de contener la violencia que se volvió un patrón en las marchas en la Ciudad de México desde el primero de diciembre de 2012 y de procesar a los civiles violentos encapuchados.
Durante la manifestación del miércoles pasado la red que coordinó la organización Artículo19, registró que del total de las agresiones que se suscitaron 10 por ciento correspondió a civiles y 90 por ciento a los agentes de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF).
“En Artículo19 de ninguna manera justificamos ningún tipo de violencia. Me parece que los actos de violencia de civiles en contra de la autoridad son un crimen y cualquiera de nosotros si se comete un delito debe pagar”, dijo Darío Ramírez, jefe de la Oficina en México de la organización.
Ramírez prosiguió: “Pero no es lo mismo que el Estado agreda, si se está cometiendo un delito, su responsabilidad es detenerlos y procesarlos. Lo que vimos fue a una policía poco profesional, ausente de protocolos; ver a la policía lanzar piedras es vergonzoso, no hay justificación alguna para todas las técnicas que usaron. Los hechos de violencia debieron ser contenidos con eficacia y los violentos procesados. Desde el primero de diciembre de 2012 es un patrón la incapacidad de la policía para procesar a los violentos”.
El 2 de octubre durante la refriega la policía del Distrito Federal utilizó balas de goma, no sólo en contra de los encapuchados o contra quienes llevaban palos y bombas molotov, sino contra personas que se manifestaban de forma pacífica, defensores de derechos humanos y periodistas.
En total fueron cinco defensores del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Prodh) y 25 reporteros y fotógrafos los que fueron agredidos de distintas formas por los granaderos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario