AUTOR: PENILEY RAMÍREZ.
Después del arresto de Elba Esther Gordillo las apuestas se enfocan al exgobernador priista. El mandatario de Tabasco, Arturo Núñez, lo acusa de un desfalco por 2 mil millones de pesos. Le encuentran departamento en Miami y hotel en Cancún.
Las apuestas por el próximo “intocable” que caería en la presidencia de Enrique Peña Nieto, se enfilan hacia el exgobernador priista de Tabasco, Andrés Granier Melo.
Su lápida ha sido construida desde el periodo de transición por el actual mandatario de ese Estado, el perredista Arturo Núñez. El PRI ha guardado silencio.
Un día antes de dejar el mando de Tabasco, Andrés Granier se comprometió a “agotar los recursos a su disposición para cubrir las deudas existentes”.
Pero eso era imposible. “Ni modo que no se diera cuenta, que no supiera. Los recursos no llegaban a la educación, a la salud. No era cuestión de contabilidad. Esto era un programa premeditado, deliberado», dijo ayer Núñez en entrevista con Televisa.