AUTOR: ALONSO URRUTIA.
El modelo de comunicación política, que se aplicó por primera vez en una campaña presidencial en 2012, debe repensarse para evitar los altos niveles de saturación de los promocionales políticos dirigidos a los ciudadanos. Los 43 millones de espots difundidos en tiempos oficiales lograron su objetivo de generar equidad en acceso a medios, pero saturaron a la audiencia y provocaron una comunición fallida de los políticos en la contienda.
A esa conclusión llegó una investigación del Grupo Delphos, que integra a especialistas de Ibope, Millward Brown –especializado en marketing–, la encuestadora Odelaroquette y el investigador Julio Juárez, de la UNAM. ‘‘En los hechos, se falló en el principal objetivo de una campaña, que es establecer comunicación con los ciudadanos. Efectivamente, se garantizó la equidad en el acceso a medios, pero hasta el partido más pequeño saturó al electorado’’, sostuvo Juárez.
Por su parte, Mauricio Martínez, de Millward Brown, consideró que las dimensiones de las campañas las da el hecho de que impactaron siete veces más que cualquier marca comercial, consiguiendo un efecto totalmente negativo, según la medición de la audiencia: los promocionales políticos son cuatro veces ‘‘menos disfrutables’’ que los de marcas comerciales. ‘‘Los mensajes de campaña fueron calificados de una manera muy negativa y valorados como aburridos, poco interesantes y molestos’’.