AUTOR: JESÚS CANTÚ.
MÉXICO, D.F. Después de un año de gobierno, Enrique Peña Nieto, más allá de la aprobación de algunas reformas, todavía no puede arrogarse la concreción de sus promesas de campaña.
Como ha sucedido en los últimos cuatro sexenios, al concluir el primer año de gobierno los presidentes tienen nada o muy poco que presumir, como no sea el desencanto ciudadano ante la abismal brecha entre las expectativas y la realidad. Una brecha que, por las propuestas y acciones gubernamentales, hoy parece imposible de llenar.