FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: JONATHAN PÉREZ.
El Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (SNIIM) de la Secretaría de Economía, informó que las 20 frutas y verduras más consumidas por los mexicanos se venden en promedio 50 por ciento más caras que hace un año, y subieron 10 por ciento entre finales de 2013 y los primeros días de 2014.
Cabe comentar que productores y comercializadores están en proceso de ajustar sus costos de producción por alzas en gasolina, diesel, electricidad y pesticidas.
Uno de los ejemplos destacados de esta alza de precios es la cebolla, que encareció 127 por ciento en términos anuales; el chile serrano, 311%; el chile de árbol, 156%, el chile poblano, 71 por ciento; el jitomate se incrementó 50%; la papa, 53%, el aguacate 46%; la zanahoria y el chile jalapeño, 42%; el melón, 49%; la sandía, 40%; el limón con semilla, 30%; la papaya, 13%; y la naranja, 6.25%. De esos productos hortícolas, cuatro amentaron de precio en las últimas dos semanas: la cebolla, 39 por ciento; la zanahoria, 21%; el limón, 17.9%; y el plátano, 13 por ciento por una súbita reducción de la oferta, debido a las lluvias provocadas por los frentes fríos que afectaron cosechas en Guanajuato y Morelos.
La canasta con esos 20 productos básicos cuesta 478.50 pesos en promedio y hasta 629 en los supermercados donde se vende más cara, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
Y es que al arrancar este año, las familias mexicanas desembolsaron al menos 850 pesos mensuales adicionales en la compra de refrescos y bebidas endulzadas, chocolates, frituras, chicles, paletas, cereales, helados y pan dulce, entre otros productos de consumo popular, al aumentar su precio al menos 8 por ciento. Esas alzas avaladas por las fracciones parlamentarias del PRI y PRD en la Cámara de Diputados, tienen una repercusión directa de 10 por ciento en el bolsillo de las familias mexicanas, y se sumaron al aumento en el gas y la gasolina utilizados por los vehículos distribuidores de mercancía, además de la electricidad utilizada en los negocios.
Los responsables de estas alzas son tanto el gobierno federal, específicamente las autoridades hacendarias, como los legisladores federales que avalaron aplicar un impuesto de 8 por ciento a esos productos, para castigar el precio y reducir su consumo, por ser engordantes. La medida afecta a poco más de 30 por ciento de los productos que venden las tiendas de abarrotes, misceláneas, dulcerías, vinaterías, tiendas de regalos y negocios con venta de alimentos, como taquerías, torterías, fondas o restaurantes, que lo reflejan en el precio final al consumidor.
Lo anterior provoca que las familias de cinco miembros gasten cada mes 12.6 salarios mínimos adicionales para adquirir los productos que incluyen en su dieta, ya que el minisalario que regirá este año en el Distrito Federal apenas subió 3.9 por ciento, es decir, tres pesos con 53 centavos. Como ejemplos cabe mencionar que los refrescos de cola de 600 mililitros subieron de 1 a 2 pesos, para venderse a 10 y 11 pesos; el boing de un litro pasó de 8.90 a 14.80, mientras el Nesquick de 250 ml pasó de 9.90 a 10.69 pesos; las Sabritas de 100 gramos de 18 a 19.44; la cajeta Coronado de 32.50 a 35.10, o los Cheetos de 44 gramos de 5 a 5.40 pesos.
Herbert Bettinger, socio y director de Bettinger Asesores, aseguró que el impacto que tiene el IEPS (Impuesto Especial sobre Producción y Servicios) en los artículos alimenticios será importante, incluso, mayor que si se hubiera aprobado el IVA.
El especialista aseguró que el problema del impuesto que entró en vigor, es que no sólo afecta a los productos que están en la lista, sino a los derivados, que pueden afectar los alimentos de la canasta básica, con un incremento del 8 hasta el 11 por ciento.
Por otro lado, empresarios gasolineros han estimado que el costo de ese insumo podría elevarse hasta 20 pesos el litro, puesto que el precio ya no lo fijará el gobierno federal, sino el libre mercado, esto a consecuencia de la reforma energética.
La estimación de que el precio de la gasolina se disparará hasta llegar a los 20 pesos por litro, es por varios factores, como el pago de derechos de hidrocarburo, el cobro del 16% de IVA, la cuota de carbono, y se le suma la cuota federal de 36 centavos por litro.
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