AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS.
En tanto, el Ejército mantiene sitiada la cabecera municipal luego de que el regidor del PT, Cleto Mendoza, fue “levantado” por sujetos armados desde la semana pasada, indican reportes oficiales consultados por Apro.
Este es el escenario que se vive en Chilapa, donde la confrontación entre bandas delincuenciales no sólo está enfocada en dominar las rutas de trasiego de drogas, sino también hacerse del control político de la estratégica zona que conecta la región Centro y Montaña.
La disputa es protagonizada por una banda considerada como remanente del extinto cártel de Los Beltrán Leyva, que tiene su bastión en la cabecera municipal, y un grupo denominado Los Ardillos, afincado en el poblado de Tlanicuilulco, municipio de Quechultenango, y dirigido por familiares del presidente del Congreso estatal, el diputado local perredista Bernardo Ortega Jiménez.
La pugna, refieren los reportes, ha exhibido la relación entre delincuencia y políticos de esta emblemática zona del narcotráfico en la entidad.
En el reportaje “Guerrero: muchas armas listas para disparar”, publicado en la edición 1938 de Proceso, se da a conocer que la evidente red de complicidades entre autoridades locales y delincuentes provocó que la PGR haya integrado una averiguación previa en contra de al menos 15 alcaldes del PRI, del bloque de izquierda y el PAN por sus presuntos nexos con la delincuencia organizada.
En esta ocasión Apro corroboró a través de documentos oficiales y la consulta de fuentes que, a principios de noviembre, el oficial mayor del ayuntamiento de Chilapa, Vicente Jiménez, un operador electoral del PRI, fue detenido en su domicilio ubicado en el barrio de la cabecera municipal durante un impresionante operativo realizado por soldados y agentes de la SEIDO.
El funcionario municipal fue trasladado al Centro Nacional de Arraigo en la Ciudad de México, donde enfrenta cargos por sus presuntos nexos con el narcotráfico, señalaron fuentes oficiales.
Jiménez Aranda es considerado como el brazo derecho del alcalde priista Francisco García González, El Tepache, quien constantemente ha sido vinculado con la banda delincuencial que opera impunemente en Chilapa.
Posteriormente, el lunes 30 de diciembre, fue “levantado” el regidor petista Cleto Mendoza, originario del poblado de Ayahualulco, y quien hasta la fecha sigue desaparecido.
Este hecho se considera la respuesta del grupo delincuencial protegido por el PRI ante la detención del oficial mayor de Chilapa.
Los regidores del bloque de izquierda, que suman cinco (MC, PT, PRD y Morena), por temor no han querido denunciar la desaparición de su compañero de cabildo, conformado por 12 ediles y el alcalde, donde los priistas y sus aliados del Verde y Acción Nacional son mayoría, señalaron fuentes que pidieron el anonimato.
Incluso, la violencia se ha recrudecido en la zona rural de Chilapa, donde grupos armados han protagonizado cruentos enfrentamientos en los poblados de San Ángel, Ayahualulco y Samancingo, que han dejado un número indeterminado de muertos y heridos.
Apro dio a conocer que el sábado 4 un grupo de aproximadamente 30 hombres armados irrumpió en los poblados de Ayahualulco y Samancingo, donde se enfrentaron durante una hora con pobladores del lugar.
Autoridades estatales y municipales arribaron al lugar seis horas después de ocurrido el hecho y sólo recogieron un cadáver, ya que decidieron retirarse de la zona debido a que estaban recibiendo reportes de que los agresores iban a volver.
La ola de violencia desatada en Chilapa y la indolencia gubernamental provocaron que el Ejército tomara el control de la seguridad, y actualmente los militares mantienen retenes en accesos y salidas de la cabecera municipal que conectan con la Montaña, Chilpancingo, Zitlala y Atzacoaloya.
Hasta el momento, el alcalde priista de Chilapa se ha mantenido agazapado y no ha fijado una postura ante la detención de su oficial mayor y la desaparición del regidor del PT.
Tampoco los dirigentes estatales de PRI, PT y PRD han hecho referencia sobre la grave situación de inseguridad y violencia que se vive en Chilapa, debido a que los nexos de las autoridades con la delincuencia están salpicando a la clase política guerrerense y reflejan lo que se vive en el resto de la entidad.
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