La única vía para que Estados Unidos revise y reconsidere la sentencia a pena de muerte de los mexicanos es a través de que se promulgue una legislación.
En entrevista con la periodista Carmen Aristegui, en CNN, agregó que la ejecución del mexicano significa “que no se acate una decisión de la Corte Internacional de Justicia en donde indicaba claramente que las autoridades estadunidenses (el poder judicial), tenía la obligación de emprender la revisión y la reconsideración del veredicto de culpabilidad de la sentencia a la pena de muerte de Tamayo y de otros cincuenta mexicanos a quienes no se les había otorgado el debido proceso”.
Sobre el caso Avena, Sepúlveda señaló que “lo que sucedió es que autoridades mexicanas registraron el hecho de que había 51 mexicanos condenados a la pena de muerte en distintas partes del territorio estadunidense y que esos 51 mexicanos no habían tenido la oportunidad de obtener la información necesaria para que tuviesen conocimiento de los derechos que tienen conforme a un tratado internacional, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, y tampoco se les informó que tenían la posibilidad de que los consulados mexicanos podían auxiliarles en la defensa de sus derecho”.
Por la inasistencia consultar, los mexicanos condenados se “encontraron privados de un elemento absolutamente esencial que tiene que ver con la capacidad de una defensa jurídica ante una acusación de un crimen grave, cualquiera que este sea, que puede llevar a la pena de muerte”, detalló.
El caso llegó hasta la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos en distintas instancias, incluso reconoció que el país tenía una obligación internacional que cumplir, sin embargo, se señaló que para que la sentencia se pudiera poner en práctica por los tribunales de Estados Unidos era indispensable que se promulgara una legislación que lo autorizara.
“Infortunadamente el Congreso estadunidense no ha hecho el esfuerzo suficiente para promulgar esta legislación que en el momento presente es la única vía que tenemos para que los otros mexicanos que están en esta lista de 51 sentenciados a la pena de muerte tengan la oportunidad de que se efectué la revisión y reconsideración del veredicto de culpabilidad de sentencia a la pena de muerte”, apuntó.
Sobre lo que podría hacer la Corte Internacional, Sepúlveda dijo que “no habría muchos más caminos, que el camino de la promulgación de una legislación por parte del Congreso estadunidense, hay ya por cierto, un proyecto de ley de un senador amigo de México, su nombre es Patrick Leahy, que desde hace quizá un par de años, tres años, formuló este proyecto de ley, que simplemente no ha avanzado. Muy triste no se hayan encontrado los soportes políticos suficientes para hacer avanzar este proyecto, a mí no me parece imposible que esta tarea política deba de construir un obstáculo insuperable y que México no pueda trabajar esta cuestión con éxito; claramente lo que dijo la Suprema Corte de Justicia es que esa era la única vía”.
Enfatizó que “hay un tema, también que debe ser considerado como argumento para convencer a senadores y diputados; entiendo que el Departamento de Estado, probablemente el propio titular, el señor John Kerry, señalan que está en el interés de Estados Unidos asegurar que los estadunidenses que están en el extranjero, que son muchísimos, tienen también la posibilidad de ampararse bajo los términos de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, pero por el hecho mismo de que Estados Unidos ha repudiado dicha Convención, los estadunidenses no cuentan con ese derecho” por lo que “en su mejor interés recuperar su vigencia en la Convención porque así se habrán de satisfacer mejor sus propios intereses”.
No buscará reelección
Sobre su posible reelección en la Corte Internacional de Justicia, Bernardo Sepúlveda, afirmó que “después de una reflexión muy seria, después de una consulta también con mi familia, con mi esposa, he llegado a la conclusión de que hay una clara preferencia por regresar al país en dónde están sucediendo cosas importantes, cosas interesantes. Y de esta suerte ya no buscar en esta oportunidad la reelección como juez de la Corte Internacional de Justicia”, lo cual le produce “sentimientos encontrados”.
Sobre su decisión de no buscar la reelección, dijo que “ya está tomada, Carmen, eres la primera en saberlo”. También afirmó que ha sido “enormemente feliz trabajando en la Haya, trabajando en la Corte Internacional de Justicia, realizando un trabajo intenso”. En ese sentido, consideró que hay madurez en los estados latinoamericanos, pues han optado por solucionar sus conflictos de forma pacífica.
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