lunes, 13 de enero de 2014

Michoacán: la guerra de Peña Nieto

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.

Lejos de parar, la violencia entre grupos armados en Michoacán alcanzó ya un punto de conflagración mayor. Ante la expansión y la toma de municipios por los grupos de autodefensa que persiguen al cártel de Los Caballeros Templarios, en una estrategia diseñada según algunas fuentes por el propio gobierno de Enrique Peña Nieto, la policía y el Ejército los dejan hacer. Como sea, y aunque otros grupos las acusan de ayudar al Cártel de Jalisco Nueva Generación, las autodefensas consideran que pronto “liberarán” Apatzingán, el bastión templario.

PARÁCUARO, MICH.- En la que ya se decantó como una de las jornadas más violentas por los enfrentamientos entre autodefensas comunitarias e integrantes de la organización delictiva Los Caballeros Templarios, la correspondiente a la última semana se caracterizó asimismo por bloqueos realizados en la carretera que comunica este municipio con Apatzingán.

El viernes 10, por sexto día consecutivo, presuntos templarios cerraron esa vía carretera, en la que quemaron cinco vehículos y despojaron de sus pertenencias, cámaras fotográficas y un automóvil a reporteros de la localidad y de medios nacionales que acudieron a reportar lo que ocurría en el lugar.



Y mientras los grupos de autodefensa tomaban nuevas localidades en municipios de la zona de Tierra Caliente –como Antúnez, perteneciente a Tacámbaro, y 20 de Noviembre, correspondiente a Coahuayana–, en Apatzingán hombres armados quemaron una tienda Coppel y una Oxxo como parte de las acciones que realizaron durante la semana contra aquéllos.

Desde el domingo 5 los distintos grupos que se mantienen enfrentados a las autodefensas ciudadanas iniciaron con bloqueos a la carretera que comunica Tacámbaro con Apatzingán; luego quemaron una decena de autos y camiones. Pero este fin de semana aumentaron sus acciones: incendiaron negocios en la ciudad Apatzingán y se instalaron a las entradas de ésta para impedir la llegada de “los autodefensas”.

A  bordo de camionetas, algunos de ellos armados con rifles de asalto, se presentaron el viernes en el tramo bloqueado y amenazaron e intimidaron a los periodistas: les ordenaron entregar las imágenes que habían registrado y retirarse de la zona. Incluso trataron de levantar a uno de los reporteros, quien logró zafarse de los hombres armados que lo jaloneaban para llevárselo en una camioneta.


(Fragmento del reportaje principal que se publica en Proceso 1941, ya en circulación)

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