FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: JESÚS ARANDA.
Si nos atenemos a las declaraciones de los funcionarios federales que fueron enviados a Michoacán para atender el problema de las autodefensas, es cosa de tiempo para que vuelva la calma a tierras purépechas, se desarme a los grupos civiles, se detenga a los líderes de Los Caballeros Templarios, ¿y por qué no también de La Familia Michoacana?, y se reduzca a su mínima expresión a la delincuencia organizada. Pero, si nos atenemos a los hechos, no se ve para cuando se concreten esos dichos.
Mientras tanto, líderes de las defensas comunitarias insisten en que el problema tiene mucho de fondo, que la Policía Federal y el Ejército están haciendo su parte, pero que su labor es cosmética, porque el gobierno federal insiste en no atacar las causas de fondo que generaron la crítica situación que vive la entidad, que es la impunidad.
La impunidad para extorsionar, secuestrar, robar y amenazar. La impunidad para obtener armas de grueso calibre enfrente de las narices de los militares que son los encargados de hacer cumplir la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. La impunidad para imponer la ley de la selva en las comunidades más alejadas y en ciudades tan importantes como Apatzingán.
Difícilmente el gobierno logrará a corto plazo desactivar el problema si es que no ataca de frente el problema de la impunidad y no responde al reclamo de la sociedad que está cansada de que las fuerzas federales se desplieguen en su territorio por un tiempo y que luego se retiren para que las cosas sigan como estaban.
El gobierno federal tiene la oportunidad de atender el reclamo, de escuchar a las comunidades de detener a los delincuentes, pero también de impulsar programas de apoyo social y económico para que la población se convenza de que las cosas van a cambiar.
Centenario de la invasión estadunidense y la Armada de México
El año 2013 fue totalmente “verde” al conmemorarse los 100 años del Ejército Mexicano, ahora le toca su turno a la Secretaría de Marina, la cual se apresta a celebrar a todo lo alto el Centenario de la Gesta Heroica del Puerto de Veracruz y el centenario de que la Escuela Naval Militar fue honrada con la denominación de Heroica, ganada con sangre y fuego por los cadetes y oficiales que enfrentaron el 21 de abril de 1914 la invasión estadunidense.
Además de la conmemoración de ésta fecha histórica, el almirante secretario Vidal Francisco Soberón Sanz impulsa una serie de actividades para “posicionar” que la población conozca más de la Armada de México y del papel que han jugado los marinos en la historia del país, entre las que destaca la inauguración del Museo Naval.
Un elemento central que difundirá la Secretaría de Marina es la restructuración de la educación en los planteles navales, particularmente de la Heroica Escuela Naval Militar –que se ubica en el municipio de Antón Lizardo–, que presenta como novedad en el presente ciclo escolar que el ingreso al plantel será para jóvenes que hayan terminado el bachillerato.
Anteriormente, el ingreso al plantel era a partir de los 15 años, con secundaria terminado, pero las nuevas exigencias de la educación naval obligó al alto mando al cambio.
Actualmente, se imparten en la institución las carreras de Cuerpo General, Infantería de Marina y Logística. Y la Secretaría de Marina anunciará en breve las nuevas carreras que son: Ingeniero Electrónico y Comunicación e Ingeniero Mecánica Naval.
La creciente participación de los marinos en el combate al narcotráfico y en labores de seguridad pública en poco ayuda a la dependencia a difundir entre la población –y a nivel de gobierno–, la necesidad de que se reconozca la importancia de que la población entienda la importancia estratégica, económica y comercial que representa para el país el mar patrimonial y las 200 millas de territorial.
El alto mando de la Armada pretende que la sociedad voltee a ver al mar y a los marinos como los guardianes de la independencia y soberanía de nuestros mares.
Ministros en retiro y el encaje
Independientemente de que el monto que reciben los ministros en retiro (entre 212 mil y 261 mil pesos mensuales) es un insulto para los millones de mexicanos que sobrevivimos a la crisis económica con salarios castigados, lo que de plano no tiene justificación es que el erario público costee además el sueldo de cinco colaboradores por cada ministro, que representan un gasto de alrededor de 90 mil pesos mensuales, por cada uno de ellos y que además, gocen de gastos de alimentos, que en algunos casos superaron los 130 mil pesos anuales.
Mariano Azuela Güitrón, Genaro Góngora Pimentel, Juan Díaz Romero, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia y Sergio Salvador Aguirre Anguiano reciben actualmente el 80 por ciento del salario que recibían cuando integraban el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), cantidad suficiente y decorosa para su retiro por la alta investidura del cargo que desempeñaron.
Se puede entender y quizá justificar el monto de las pensiones, pero los otros privilegios son un exceso.
Dicen que el encaje es bonito, pero no tan grande…
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