AUTOR: CARLOS PORTILLO.
Una de las víctimas en Uruapan, quien vendía ropa con su cuñado, explicó que las autoridades municipales los amenazaron para que pagaran derecho de piso, o si no el cártel mencionado prendería fuego a su negocio.
En un inicio les pedían 7 mil pesos por quincena; sin embargo, la tarifa aumentó a 11 mil, provocando que tuvieran que pedir préstamos. Y posteriormente, cuando les fue imposible seguir pagando, fueron levantados.
“Nos golpearon y nos decían que teníamos que pagar o nos iban a cortar la cabeza. Nos enseñaron pedazos de cuerpo de otras personas. ‘Les va a pasar lo mismo’, nos amenazaban. Los pedazos de gente estaban en las camionetas de la Policía”, relató uno de los afectados.
Luego de esta experiencia, las víctimas huyeron de Uruapan. Evidentemente su caso no ha sido el único. En Apatzingán, el encargado de una ferretería fue levantado en noviembre de 2012 cerca de una gasolinera céntrica, también por policías municipales.
“Era de noche, pensé que eran los templarios, pero no, era la patrulla porque cuando me aventaron a la batea vi la torreta; no me preocupé, dije ‘son policías y me confundieron, esto se aclara’, pero no, me comenzaron a pegar en las costillas y en la cara”, recordó el hombre de 38 años.
“Que me iba a llevar la chingada y que no gritara. En una bodega, los policías, eran tres, me dijeron que debía pagar 10 mil pesos a la quincena para que no me mataran, que me iban a vigilar. Cada mes, por casi medio año les estuve dando el dinero, 20 mil al mes; al final no pude pagarles y me fui de Apatzingán, luego me enteré que habían entrado a la ferretería y habían cargado hasta con el cemento y las palas”, continuó.
Por su parte, un aguacatero originario de Tancítaro tuvo que dejar sus parcelas debido a una cadena de extorsiones y amenazas de Los Caballeros Templarios, quienes operaban con ayuda de policías locales.
“El colmo fue cuando nos pidieron a fin de 2012 un total de 100 mil pesos, me dijeron que para su aguinaldo; fue el colmo, me fui y dejé mi propiedad”, expresó el agricultor.
Estas víctimas cuestionaron la supuesta “limpia” realizada por las fuerzas federales, al considerar que aunque estaban relacionados con la delincuencia organizada, no fueron detenidos ni investigados.
“Se los llevaron a Tlaxcala, a capacitarse, se llevaron su shampoo y sus desodorantes; que no nos engañen, esas son unas vacaciones. Que se los lleven al penal”, reclamó uno de los afectados por extorsión en Apatzingán.
En tanto, el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP), Monte Alejandro Rubido, aclaró el jueves pasado que la evaluación de los policías es voluntaria para quienes quieran permanecer en las corporaciones.
Las cifras oficiales cuentan a 364 policías trasladados a un centro de adiestramiento militar ubicado en Tlaxcala.
El vicario de la Diócesis de Apatzingán, Gregorio López, no tardó en manifestarse al respecto, declarando que “aunque le ofenda a la autoridad municipal, pero su policía se ha prestado a hacer levantones y secuestros. La Policía Municipal de Apatzingán levantó ciudadanos que hoy están perdidos o desaparecidos”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario