FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: SANJUANA MARTÍNEZ.
"Nos arrestan por unas horas y hay que darles 700 pesos, acusan víctimas"
Tapachula, Chis. En el cruce de las calles 12 y 9 del centro las trabajadoras sexuales están colocadas en los cuatro puntos cardinales. Todas son menores de edad. Una en particular llama la atención: tiene entre 10 y 12 años, va maquillada de manera exagerada, usa minifalda, top de tirantes y está embarazada. Su rostro triste es la imagen de la desesperanza.
Son las cinco de la tarde y la gente pasa por la abigarrada zona comercial, sin mirar a la niña preñada. En esta ciudad, identificada como la capital de la trata, la explotación sexual de menores de edad esta normalizada. Una patrulla municipal estacionada a media cuadra con policías vigilando, lo demuestra.
Según el alcalde priísta, Samuel Chacón Morales, en esta ciudad sólo hay una zona de tolerancia y oficialmente este lugar no es zona de prostitución, aunque día y noche hay trabajadoras sexuales, al igual que en otra veintena de lugares, como el mercado Soconusco, la terminal de autobuses de corto recorrido, el parque central Miguel Hidalgo, la colonia Magisterial –detrás del lienzo charro–, la vía del tren con la 18 poniente, entre la 8a y la 6a Sur, el par vial de la séptima, entre 16 privada oriente y 5a Sur, la colonia Indeco, la prolongación de la avenida Central y calzada Panteón Jardín, las de Puerto Madero, el entronque entre el libramiento Sur y la carretera antiguo Aeropuerto...
Policías al acecho
En el callejón de la calle 12 los proxenetas supervisan el negocio. Cuatro trabajadoras sexuales –tres menores de edad y una de 26 años– conversan sentadas en la banqueta. Dicen que son de Chiapas. Sólo habla la mayor de ellas y cuenta que padecen el acoso de la policía, que las detiene para exigirles servicios sexuales gratuitos: Nos arrestan, nos tienen unas horas y hay que darles 700 pesos de multa.
A unos pasos está el hotel Terminal, un viejo edificio despintado, casi en ruinas. El dueño les cobra 30 pesos la habitación por 20 minutos. El servicio con condón cuesta 130 pesos. Un cliente visiblemente sucio intenta hacer el arreglo con una de ellas: Ahora si que ningún cliente es agradable para nosotros. Si hay tristeza, tenemos que sonreírle. La tristeza nos la guardamos.
Un joven pasa tomando fotos con su celular. Las cuatro se alteran, empiezan a gritar. Lo insultan, porque dicen que las fotos son para los tratantes. En las semanas recientes han desaparecido varias trabajadoras sexuales: “Se están llevando a las muchachas, las están levantando. La semana pasada raptaron a una. Dos hombres se bajaron de una camioneta y se la llevaron. La policía ni hace nada.
Los policías municipales son la conexión directa con la trata de mujeres y niñas, dice, mientras camina por el centro de la ciudad, Luis Rey García Villagrán, director del Centro de Dignificación Humana, una organización que rescata víctimas de trata.
Está acostumbrado a enfrentar el poder de delincuentes y autoridades. Fue policía federal y estuvo encarcelado injustamente durante 12 años. Demostró su inocencia y lo liberaron hace cinco años. Desde entonces se ha convertido en un héroe para las mujeres y niñas que defiende.
Camina por esta zona de tolerancia no oficial, ubicando a las menores de edad que también las tienen esclavizadas en las casas de citas, lugares itinerantes que cambian constantemente de dirección: Los consumidores de estos lugares son clientes exclusivos, como funcionarios públicos de alto nivel, integrantes del crimen organizado, empresarios, gente adinerada.
Hace poco estuvo en una casa de este tipo ubicada por la zona de Los Laureles: Había unas muchachas que supuestamente tenían 16 años, pero yo creo que eran menores de 14; claro, las traen bien maquilladitas.
A la una de la madrugada, en el table dance El jacalito, ubicado en la calle Oriente número 32, en la colonia 16 de Septiembre, los privados están llenos. La luz de neón hace brillar la lencería blanca de las esculturales bailarinas, que lentamente van desnudándose en la pista, frente a un letrero oficial contra la trata, colocado por Clodualdo Manzano Robles, dueño de este lugar y líder del Sindicato de Empresarios de Bares y Cabarets, una auténtica mafia de empresarios y funcionarios, que participa y fomenta la trata de mujeres y niñas.
El dueño de ese lugar filma a las mujeres teniendo sexo, sobre todo a menores de edad. Sale en la prensa diciendo que combate desde el interior de los bares y cantinas la trata de personas. Es una burla. Cae en lo grotesco. El sindicato es la mejor pantalla, es el parapeto para más corrupción. Obviamente el tipo es muy hábil. Trae hondureñas a esta región. A Veracruz y Tamaulipas llevan salvadoreñas.
Los enganchadores de mujeres centroamericanas tienen la conexión directa con los dueños de los antros y las autoridades. La mayoría de los antros son abastecidos de mujeres por el salvadoreño El Palomo, quien se encarga de traerlas de Honduras particularmente: Es el más famoso, el que tiene la concesión en la región del Soconuco. Dirige la red de trata. Él las engancha a petición del sindicato de los dueños, y de aquí las reparten; van principalmente a Tijuana.
El ritmo grupero mueve a una docena de parejas en la pista del bar Al Jamailu, donde las meseras ganan 10 pesos por cada cerveza que les inviten, algo que está fomentando seriamente el alcoholismo entre ellas. Aquí las bailarinas son menos esculturales, pero igualmente la mayoría procede de Honduras.
La red de trata que funciona en Chiapas, compuesta por funcionarios, enganchadores y dueños de antros, funciona con base en el engaño. García Villagrán descubrió la llegada de 22 jóvenes enganchadas en Honduras: Las trajeron diciéndoles que venían a trabajar como meseras, les pagan el pasaporte. Las tuvieron en la ciudad de Guatemala 15 o 20 días. Luego las van trayendo con grupos de dos y cuatro mujeres. Les dijeron que se quedarían seis meses aquí. Después las distribuyen. Las van vendiendo y se las llevan a otros estados.
Una de las mujeres le llamó angustiada: “Las tuvieron un mes cocinando. Luego les advirtieron que tenían que ofrecer servicios sexuales. Ella me dijo: ‘Ya no quiero ir porque no me quiero prostituir’. Está asustada. No podemos confundir la prostitución con el delito de trata de mujeres. Pero a ellas las tienen encerradas, las tienen literalmente secuestradas. No les pagan salario. Se trata de una auténtica esclavitud”.
La única autoridad que denunció la red de trata de mujeres y niñas desde Honduras fue la cónsul en Tapachula, Patricia Villamil Perdomo, y fue destituida hace dos años por el gobierno de su país, debido a presiones del gobierno mexicano, como represalia por sus denuncias, afirma en entrevista Martha Sánchez Soler, fundadora del Movimiento Migrante Mesoamericano: Eso habla de la complicidad que hay entre autoridades. Tapachula es la capital de la trata de México y el mundo. La trata en Chiapas no se combate.
En Las Huacas, la única zona de tolerancia oficialmente reconocida, la vida nocturna fue feneciendo después del huracán Stan. Desde que el tren dejó de pasar por este lugar, la clientela bajó considerablemente y ya han cerrado la mitad de los lugares.
En el cabaret El manguito hay media docena de trabajadoras sexuales. Por una cubeta de cervezas, de 180 pesos, una de ellas baila y se desnuda en la mesa. Fany se mueve a ritmo de reggaeton para desnudarse. Tiene una pronunciada cicatriz de cesárea y una cara de amargura. Es salvadoreña, madre soltera: A veces te quieren jalonear, tener a la fuerza, meternos mano por una cerveza; uno tiene que talonear, tienes que aguantar para ganar.
La encargada niega que exista la trata en esta zona, que sirve al gobierno para taparle el ojo al macho porque permite zonas de tolerancia clandestinas: Ellas vienen voluntariamente. En algunos lugares las tienen secuestradas, esclavizadas, se han visto casos, pero hay muchos intereses.
Luis Rey García Villagrán hace un recorrido por esta zona. Son las tres de la mañana y está convencido de que hay miles de víctimas por rescatar en los más de 4 mil antros que existen: El gobernador Manuel Velasco sigue fomentando la apertura de bares y cantinas clandestinas. La concesión de los permisos está a cargo de la Corona y la Superior, las dos cerverceras que le pagaron la campaña; son las que otorgan permisos discrecionalmente. Es un negocio redondo, y obvio que no van a hacer nada.
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