FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS (REDACCIÓN).
Miguel Ángel Patino Canchola tiene a su cargo la zona de disputa en Michoacán; es el responsable de la 43 zona militar de Apatzingán y tuvo a su cargo la coordinación del operativo de desarme de las autodefensas; ha sido ligado a escándalos de acoso de periodistas.
Miguel Angel Patiño Canchola es el militar responsable del desarme de las autodefensas en Michoacán desde la noche del domingo pasado.
En su cargo de general de Brigada Diplomado de Estado Mayor, es el responsable de la 43 zona militar de Apatzingán, municipio considerado bastión del crimen organizado, escenario de disputa entre elementos de seguridad y civiles.
El militar es maestro en Administación Militar para la Seguridad y Defensa Nacionales, por la Universidad del Ejército y Fuerza Aérea, con la cédula profesional número 4594418, según Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública.
Desde el pasado 4 de enero, han ocurrido intensos enfrentamientos, incendios de vehículos y bloqueos, mientras las autodefensas avanzan para intentar ocupar la comunidad a cargo de Patiño Canchola.
Entre los otros militares a cargo en otras regiones, se encuentra el general de brigada Uribe Toledo Sibaja, en la 21 zona militar, ubicada en Morelia.
Patiño ha sido mencionado en mantas colocadas supuestamente por limoneros.
“Al Ejercito Mexicano y a las Fuerzas Armadas ¿Por qué tanto apoyo a los Guardias Comunitarios de la Ruana y Tepeque, Qué no saben que son el brazo armado del Cartel Jalisco Nueva Generación? ¿Por qué no desarman a los comunitarios y toma el ejercito las riendas de la seguridad en Tepeque, Buenavista y la Ruana? Usted tiene la palabra General Miguel Angel Patiño Canchola, Atte. Limoneros Unidos del Valle de Apatzingán”, reza.
Ligado a escándalo con periodista
El 2012, el general Patiño fue señalado por el periodista Edgardo Morales, autor del libro Palabra de Caballero, Los Caballeros Templarios un Movimiento Insurgente, de haberlo acosado.
Morales aseguró entonces que 15 días después de haber publicado su obra fue víctima de persecuciones y amenazas por parte del gobierno federal y sus policías.
“Al grado de que me tuve que cambiar de Apatzingán, con todo y mi familia, de Hidalgo tuve que salir casi huyendo pues llegaron encapuchados con uniformes de policía, donde presentaba el libro”, dijo a medios michoacanos.
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