FUENTE: PROYECTO DIEZ. http://www.proyectodiez.mx/
7 de enero de 2014. Gaudencio Mancilla, líder nahua de la comunidad de Ayotitlán y defensor de los derechos indígenas, fue sentenciado a 3 años y 3 meses de prisión por el delito de portación de armas.
La sentencia se dio, digamos, como un regalo de navidad, pues se emitió el 24 de diciembre de 2013. Gaudencio no ingresó al penal, pues pasará el tiempo de la sentencia en libertad, al depositar una fianza de 50 salarios mínimos.
Para César Díaz, investigador de la Universidad de Guadalajara y quien ha seguido de cerca la trayectoria de defensor de derechos indígenas de Gaudencio, la sentencia es muy significativa, pues “al único que le ha afectado el asunto de la defensa de las tierras de los indígenas ante los intereses de las mineras es al defensor”.
Gaudencio estuvo en Guadalajara los días 26 y 27 de diciembre del año pasado para arreglar el papeleo que implica una sentencia. Y aunque pasará estos tres años y tres meses en libertad, tiene que firmar cada 15 días. No lo hará en el municipio de Cuatitlán de García Barragán, porque ahí es donde grupos afines a las mineras lo tienen amenazado y su vida corre peligro. Prefiere gastar más dinero y trasladarse a Autlán.
La sentencia implica que a Gaudencio se le suspenden sus derechos civiles y políticos, por lo cual no podrá competir por la dirigencia del ejido donde habita ni aspirar a cargo de orden civil o político alguno. Además, tiene que informar de sus actividades: dónde estuvo, a dónde fue, con quién se juntó, etcétera.
La historia
Gaudencio es un defensor de las tierras indígenas. Compañeros de lucha de él han sido amenazados, asesinados y desaparecidos. A Aristeo Flores y Nazario Aldama Villa los mataron por denunciar tala ilegal de bosques y narcotráfico. A Celedonio Monroy Prudencio lo desaparecieron y a más de un año de sucedido eso no se sabe dónde está.
Por eso, para cuidarse, Gaudencio llevaba un arma. Las autoridades, no se sabe cómo, se enteraron de ese delito y lo arrestaron en agosto del año pasado.
Se lo trajeron para Guadalajara. Antes de llegar a la Fiscalía, lo torturaron.
Por la presión de los medios de comunicación y de organizaciones civiles Gaudencio salió libre, pero la “investigación” continuó. Y es que parece que en la Fiscalía de Jalisco se hace investigación de forma selectiva: en el caso de Celedonio no se ha formado ni siquiera un expediente de forma sistemática, cuestión que incluso produjo una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Gaudencio pidió auidencia con el gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz y éste se le negó. Pero después, en helicóptero, el mandatario llegó a la comunidad del líder indígena para visitarlo. Le dijo que recibiría todo el apoyo del gobierno estatal. Tanto así que en diciembre se le sentenció por portación de armas: para que no ande defendiéndose así nomás.
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