miércoles, 5 de febrero de 2014

Deschamps “cocinó” despidos en Pemex desde 2011, a cambio de impunidad

FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: CARLOS PORTILLO.

Apenas hace unas semanas, el secretario general del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM), Carlos Antonio Romero Deschamps desmentía, ante los medios de comunicación, que la llegada de la reforma energética provocaría despidos de trabajadores sindicalizados. Sin embargo así ha sucedido, y a estas alturas su complicidad en el asunto resulta innegable.

Romero Deschamps afirmó que las autoridades y Petróleos Mexicanos (Pemex) tenían el pleno compromiso de “respetar cabalmente el contrato colectivo de trabajo” encargado de regir las relaciones laborales de los empleados petroleros.

No obstante, un grupo de sindicalizados hizo público que el secretario general sí acordó los despidos, a cambio de que él pudiera soltar las riendas del STPRM sin ser castigado por el cúmulo de actos corruptos que ha realizado.

Posteriormente fue dado a conocer un convenio firmado el año pasado por el priista, el cual plantea su trato con los directivos de Pemex, para el redimensionamiento de la plantilla laboral sindical; es decir, el despido de trabajadores con tal de “incrementar la productividad laboral”.

Pero además, aún habría otro documento por salir a la luz, revelando que el pacto para la destitución de trabajadores petroleros data desde el 2011.

Este convenio fue firmado el 27 de julio en una reunión de representantes de Pemex, donde acudieron el ahora ex director general, Juan José Suárez Coppel; el subdirector de Recursos Humanos y Relaciones Laborales, Marco Antonio Murillo Soberanis; y a nombre del sindicato, Fernando Navarrete, secretario del Interior, Actas y Acuerdos; Ricardo Aldana Prieto, presidente del Consejo General de Vigilancia; y el ya citado secretario general, Carlos Antonio Romero Deschamps.

El documento sostiene que el objetivo de la junta fue “establecer acciones para incrementar la productividad laboral en Pemex y sus organismos subsidiarios, que permitan el crecimiento de la empresa, aumentar su competitividad y mejorar el desempeño operativo”. Sin embargo, esto se buscaría “a través del fortalecimiento del personal, el redimensionamiento y mejor aprovechamiento de la plantilla”.

De esta manera, a inicios del año en curso, las primeras áreas administrativas de Pemex en escuchar las palabras “redimensionamiento de la plantilla”, fueron las de Salamanca, Guanajuato; y Poza Rica, Veracruz. En principio, se manejó un retraso en los pagos: “nos dijeron que, por los futuros despidos, no sabían a quiénes les iban a pagar y que por esa razón el pago no estaba cubierto”, explicaron los trabajadores.

El archivo del 2011 detalla que Pemex y el sindicato “reconocen el compromiso de mantener a Pemex como una empresa de clase mundial y consideran que la principal fuente de valor está en el uso eficiente de los recursos humanos”. De igual forma, se comprometieron a “establecer una mesa de trabajo con el propósito de realizar de manera conjunta, estudios para el redimensionamiento”, encubriendo la palabra despidos y sin especificar una cantidad exacta.

La justificación para estas medidas, según el documento, fue “establecer propuestas para el mejor aprovechamiento de los trabajadores con que cuenta la empresa”, agregando que “con este mismo propósito, se revisarán las plantillas del personal de confianza”.

Otra razón redactada fue “identificar oportunidades de adecuación de la estructura, en aquellas áreas en que, la industria, haya disminuido la actividad”, ya que “en caso de que los estudios de redimensionamiento de la estructura identifiquen áreas donde haya disminuido la actividad, se analizará la justificación de las coberturas temporales de las plazas sindicalizadas”.


El convenio firmado con casi tres años de anticipación, y ahora reiterado con el que se acordara en el 2013, no indica a partir de cuándo será aplicado, ni cuántos trabajadores se verán afectados.

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