FUENTE: LA JORNADA (REDACCIÓN)
"Tres grupos están luchando por el control de Apatzingán, un pueblo polvoriento en el estado mexicano suroccidental de Michoacán", asegura The Economist. Uno de ellos es mortal, continúa: la banda de narcotraficantes Caballeros Templarios.
Uno propugna vigilantismo: los armados de "autodefensa", milicias que el 8 de febrero ayudaron a expulsar a los templarios fuera de su bastión.
El tercero es el más poderoso: un grupo joven del gobierno federal enviado por el presidente Enrique Peña Nieto para retomar el control de Michoacán, después de que la tensión prevaleciente entre los Caballeros Templarios y los vigilantes amenazó con salirse de control.
Muchos integrantes de este tercer grupo sirvieron al Enrique Peña Nieto cuando era gobernador del estado de México, ente 2005 y 2011. Ellos se conocen desde hace años y se hacen bromas como amigos en un club de tenis. Su inserción en Michoacán refleja una tendencia más amplia en la política mexicana: la resurrección de un viejo pero eficaz estilo de gobierno presidencial.
Después de 12 años de una descentralización cada vez más caótica del poder mientras que el Partido Revolucionario Institucional del señor Peña (PRI) estaba en la oposición, el presidente está tratando de restablecer el equilibrio.
En Michoacán se ha impuesto su autoridad de una manera que no se ve desde que el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari intentó neutralizar el levantamiento indígena zapatista en el estado sureño de Chiapas en 1994.
No hay comentarios:
Publicar un comentario