FUENTE: PROCESO (REDACCIÓN)
MÉXICO, D.F. (apro).- El Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (Copred) confirmó que personal docente del Colegio La Salle de Seglares ejerció discriminación contra un niño de cinco años y su madre, ambos de la comunidad mazateca de Oaxaca.
Según el expediente COPRED/Q/01-2014, Gloria Cabrera Reyes, quien labora como trabajadora doméstica, tuvo que sacar de la escuela a Francisco ante el hostigamiento que sufría por parte de sus compañeros y maestros.
Antes de renunciar, Francisco cursaba el tercer grado de preprimaria, pero su origen mazateco lo convirtió en el centro del hostigamiento y de discriminación de sus compañeros de pupitre, de las maestras y hasta de las autoridades de ese colegio.
En el aula los niños lo molestaban. Le decían que no pertenecía a esa escuela. Las “misses” lo sacaban del salón con el argumento de que no debía estar ahí. A los otros niños les daban los libros abiertos en la página donde iban a trabajar, pero a él se lo aventaban para que la buscara solo.
Un día, su “abuelita”, la señora Silvia González, quien asumió su tutoría, no pudo ir a recoger al menor a la escuela. Entonces, su madre, Gloria Cabrera Reyes, mazateca que labora como trabajadora doméstica en casa de la familia González, fue por él.
Ahí comenzó también la discriminación hacia ella por parte de las maestras y las autoridades del plantel. Por ejemplo, la profesora de inglés le dijo que su hijo no sabía nada de ese idioma, que mejor lo sacara de esa escuela privada y lo metiera a una pública.
A la hora de la salida, Francisco era el último en aparecer por la puerta, ya que todos los demás niños habían subido a las camionetas de lujo de sus padres.
Las autoridades de la escuela pidieron a la señora González sacar al menor del plantel. La psicóloga institucional le sugirió que “viera la realidad del niño y de su madre”, ya que ésta “ni siquiera habla bien español”, por lo que no podía apoyarlo.
Aun así, ella decidió que se quedara y aseguró que el menor está bajo su tutoría, la de su esposo y sus hijos y que entre todos podían apoyarlo.
Pero el maltrato a Francisco continuó y las maestras lo sacaban del salón sin razón aparente. Sus calificaciones bajaron de nivel, empezó a tener síntomas de ansiedad y miedo a quedarse solo. Un día, de plano, le dijo a su madre que ya no quería ir a la escuela.
A finales del año pasado y mientras se echaron a andar las investigaciones del Copred y la PGJDF, Francisco ingresó a otro plantel.
La titular del Copred, Jacqueline L’Hoist cuenta: “Me dicen que está muy contento, que entra corriendo a la escuela, feliz, lleva muy buenas calificaciones y las autoridades de la escuela no tienen observaciones de otro tipo de conductas del niño”.
A raíz de lo sucedido, Silvia González, la tutora del menor, interpuso una queja el 21 de octubre de 2013 ante la Copred por el trato discriminatorio contra Francisco y su madre.
El Consejo inició el seguimiento y pidió la intervención de instancias públicas y de salud para revisar la afectación psicológica que pudo haber sufrido Francisco por la experiencia vivida.
Como una medida reivindicatoria y de reparación del daño, exhortó al Colegio a implementar acciones de sensibilización orientadas a promover un trato igualitario y de no discriminación con la comunidad escolar y personal docente.
También invitó a los representantes de la escuela para dialogar y buscar una solución. Estos acudieron a las reuniones conciliatorias, pero se negaron a reconocer los actos de discriminación.
La presidenta del Copred asegura en entrevista: “Estoy cierta que no es una política de la escuela (El Colegio La Salle de Seglares) esa conducta, pero sí de dos de sus maestras”.
Refiere que las autoridades del plantel hicieron propuestas a la mamá de Francisco para dar más atención a su hijo en el mismo plantel, pero “si no se reconoce de fondo que hubo discriminación, no puede hablarse de una reparación del daño. No podemos regresar a una persona violentada al mismo espacio donde ha sido violentada si éste no lo reconoce”.
Según Jacqueline L’Hoist, toda esta información jurídica fue entregada al procurador capitalino, Rodolfo Ríos, para que sirva de sustento en la averiguación previa FNNA/D/T3/00467/13-12, que se abrió de oficio por el delito establecido en el artículo 206 del Código Penal para el DF.
“Con esta información, el procurador y la fiscalía de atención al menor determinarán si tienen suficientes elementos para armar el expediente y turnarlo al Tribunal (Superior de Justicia del DF) y que el caso proceda”, dijo.
Los alumnos y las maestras
Según la página de internet del Colegio La Salle de Seglares, fundado hace 50 años, esta organización ha preparado “un alto número de generaciones, de los cuales hemos visto desarrollarse en altos cargos de prestigiadas empresas”.
Su ideario es: “proporcionar una educación integral, compartiendo una educación cristiana del ser, como persona individual, social y trascendente, inspirado en los principios educativos de San Juan Bautista de La Salle”. Sin embargo, en el caso de Francisco, nada de esto se aplicó.
Harán campaña contra el rechazo
Según el informe anual 2013 del Copred, entre los principales motivos de discriminación en el DF está el origen étnico y nacional, con 6% del total. Le anteceden el estar embarazada, la orientación sexual y la discapacidad.
El documento presentado el 21 de enero pasado, reportó que del 100% de las quejas tramitadas ante el Consejo por discriminación en el trabajo, 3% fueron por origen étnico y nacional.
El caso de Francisco significó la primera opinión jurídica emitida por el Copred en este año relacionada con discriminación por etnia. Sin embargo, no es el primero que se presenta en escuelas de la ciudad de México.
En noviembre del 2013, Angelina, mixteca originaria de Guerrero, de 16 años, denunció que durante los dos últimos años había sido víctima de discriminación y bullying por parte de sus compañeros de la Secundaria Técnica número 42, ubicada en la colonia Morelos del barrio de Tepito.
Insultos, destrozos de sus pertenencias y hasta que le echaran orines en los baños del plantel, eran las agresiones cotidianas. Un día, las humillaciones pasaron a los golpes. Entonces, ella y su madre decidieron denunciar penalmente los hechos.
Además de la escuela, ambas tuvieron que enfrentar doble discriminación pues cuando intentaron denunciar las agresiones de los estudiantes, en la agencia 50 del Ministerio Público la hicieron esperar casi un día entero.
Para prevenir y disminuir estos casos, el Copred informó que ya trabaja en la elaboración de una campaña pública y permanente en la que el gobierno del DF “visibilice entre la población que vive y transita por la Ciudad de México, los valores y derechos de las diversas poblaciones indígenas residentes en la capital del país”.
La campaña estará basada en los artículo 28, Fracción III y VII, y en el 37 Fracción X de la Ley para Prevenir y Eliminar la Discriminación del Distrito Federal.
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