FUENTE: LA JORNADA.
AUTOR: Blanche Petrich y Rosa Elvira Vargas.
En el acostumbrado informe a la prensa, el vocero recordó que el jefe de la Casa Blanca es un convencido de que 2014 ofrece la mejor coyuntura para que el Congreso apruebe la tantas veces aplazada ley de inmigración, que eventualmente podría beneficiar a miles de inmigrantes irregulares en Estados Unidos, en su mayoría mexicanos.
La expectativa del gobierno en Washington, dijo Carney, “ya no es si habrá ley migratoria o no, sino cuándo se firmará”.
En el ánimo de la prensa estadunidense, sin embargo, no se vislumbra el optimismo que quiere transmitir la Casa Blanca a pocas horas que inicie la Cumbre Trilateral Norteamericana, conocida coloquialmente como la de los tres amigous. Para la mayoría de los analistas en los medios, el peso de los obstáculos impuestos por el Partido Republicano e incluso por un ala antiinmigante del Partido Demócrata no tienen visos de desaparecer en el corto plazo. De modo que la siempre frustrada aspiración del Estado mexicano de contar en el vecino del norte una ley amigable para centenares de miles de connacionales que viven aun irregularmente en Estados Unidos –la famosa “enchilada completa”– aun está muy lejos de ser una realidad.
Por otra parte se anunció que durante el vuelo Obama firmó una “orden ejecutiva” para la simplificación de trámites de importación y exportación destinada a beneficiar principalmente a los pequeños y medianos productores interesados en expander, en el marco del Tratado Transpacífico (TTP), sus capacidades de comercio exterior. Se busca, se dijo oficialmente, apoyar así la economía de la clase media estadunidense.
Con el timing elegido para anunciar esta medida, Washington está mirando más hacia su agenda interna, donde pronto se registrarán las elecciones de medio término para el legislativo, que hacia sus vecinos en el Norte y en el Sur.
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