FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: PARIS MARTÍNEZ.
Según Artículo 19, alrededor de 40% de las víctimas ocupaban cargos de reporteros, 17% cargos de dirección, 16% eran fotorreporteros, 12% eran locutores, 8% columnistas y 7% jefes de redacción.
Según las organizaciones defensoras de la libertad de expresión Artículo 19 y Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), de 2010 a la fechan en México han sido asesinados 31 periodistas, 92% de los cuales son hombres y 8% mujeres.
Los resultados globales elaborados por el Comité para la Protección de Periodistas –que incluyen 73 casos de trabajadores de medios mexicanos asesinados entre 1992 y 2013–, señalan que en 73% de los asesinatos estuvieron involucrados grupos criminales; en 8% militares; en 4%, oficiales gubernamentales; en 8% “residentes locales” y 8% la filiación del atacante se desconoce.
Por su parte, los registros de Artículo 19 –que abarcan de 2000 a 2013– documentan 75 casos de los periodistas asesinados y, a diferencia del CPJ, incluyen dos casos de personas que habían abandonado la labor periodística poco antes de que les quitaran la vida.
Según Artículo 19, alrededor de 40% de las víctimas que incluye su registro ocupaban cargos de reporteros, 17% cargos de dirección, 16% eran fotorreporteros, 12% eran locutores, 8% columnistas y 7% jefes de redacción.
De los 31 periodistas asesinados desde 2010, 10 fueron atacados en Veracruz, lo que convierte a este estado en el más peligroso del país para desarrollar labores informativas.
A continuación, te presentamos la segunda entrega del homenaje que Animal Político rinde a los periodistas asesinados en México en los últimos años, correspondiente a las víctimas acumuladas en los años 2010 y 2011, reflejos del ambiente de violencia que se ha cernido sobre los trabajadores de los medios informativos en todo el país, y por el cual, el próximo domingo 23 de febrero se está convocando a la ciudadanía a participar en la protesta denominada “Prensa, no disparen” que se realizará en el Ángel de la Independencia, a las 12:00 horas, así como en otras plazas del país.
María Elízabeth Macías Castro, Tamaulipas
El de María Elizabeth es el primer caso, a nivel mundial, de una persona asesinada por difundir información de interés público, a través de redes sociales.
Además de pertenecer al al Movimiento Laico Scalabriniano y de apoyar a la Casa del Migrante de Nuevo Laredo, María Elizabeth compartía información sobre la inseguridad en Tamaulipas, a través de la cuenta de Twitter Nuevo Laredo en Vivo, y bajo el pseudónimo “LaNenaLaredo”.
En septiembre de 2011, su cuerpo decapitado fue hallado en la carretera que va a Nuevo Laredo, con un letrero firmado por el grupo Los Zetas, dirigido a las “redes sociales”, que señalaba “aquí estoy por mis reportes y los suyos (…) esto me pasa por confiar en la Sedena y la Marina”.
Humberto Millán Salazar, Sinaloa
Humberto conducía un programa en Radio Fórmula, y escribía una columna para el portal informativo A Discusión.
En ambos espacios, denunció diversos casos de corrupción política y delincuencia organizada, hasta que el 24 de agosto de 2011 fue secuestrado por hombres armados que, a bordo de dos camionetas, interceptaron su vehículo cuando se dirigía a trabajar.
Al día siguiente, su cuerpo fue hallado en Culiacán, Sinaloa, con una herida de bala en la cabeza.
Yolanda Ordaz, Veracruz
Yolanda era considerada una reportera “veterana” en el campo de la información policiaca y, cuando fue secuestrada, el 27 de julio de 2011, trabajaba para el diario Notiver.
Yolanda fue raptada cuando salía de su casa, y dos días después fue encontrado su cuerpo, decapitado, en las cercanías del diario Imagen de Veracruz, con el mensaje “Los amigos también pueden traicionarte”. Aunque las autoridades del estado intentaron vincular el homicidio con una supuesta relación de la reportera con grupos del crimen organizado, esta acusación no pudo ser sustentada con evidencias.
Miguel Ángel López Velasco, Agustina Solano y Misael López Solano, Veracruz
Miguel Ángel, mejor conocido como Milo Vela, era columnista del diario Notiver, donde también trabajaba su hijo, Misael, como fotorreportero.
El 20 de junio de 2011, un grupo armado allanó su vivienda y ejecutó a ambos periodistas, junto con la señora Agustina, esposa de Miguel Ángel y mamá de Misael.
Según el Comité para la Protección de Periodistas, el ataque pudo deberse a una columna sobre operaciones del narcotráfico en el estado, publicada días antes por Milo Vela en su columna.
Luis Emmanuel Ruiz Carrillo, Nuevo León
Este fotorreportero, de 21 años, laboraba para el diario La Prensa cuando fue secuestrado, junto con José Luis Cerda, presentador de Televisa-Monterrey conocido como La Gata, el 24 de marzo de 2011.
Un día después, ambos fueron hallados, muertos, junto a un letrero que atribuía el asesinato a un grupo delictivo.
El cuerpo del presentador de Televisa fue luego robado del lugar del hallazgo, por un grupo armado que operó ante la acción omisa de los policías que se encontraban ahí.
Noel López Olguín, Veracruz
Noel escribía una columna de opinión para el diario La Verdad, de Jaltipán, Veracruz, cuando fue secuestrado por un grupo de hombres armados, el 8 de marzo de 2011.
Más de dos meses después, el 31 de mayo, su cuerpo fue encontrado en una fosa clandestina, en la ciudad de Chinameca. Desde su columna “Con pluma de plomo”, Noel había denunciado distintos casos de corrupción, crimen organizado e, incluso, identificó a narcotraficantes locales.
Rodolfo Ochoa Moreno, Coahuila
Rodolfo era ingeniero, laboraba para el Grupo Multimedios Laguna, y murió el 9 de febrero de 2011, cuando un grupo armado ingresó a las instalaciones donde trabajaba, para destruir y robar el equipo de transmisión.
Rodolfo fue asesinado de ocho disparos, cuando intentaba pedir auxilio policiaco. Ese mismo día, hombres armados también atacaron las instalaciones de Radiorama Laguna.
Carlos Alberto Guajardo Romero, Tamaulipas
Carlos Alberto, reportero del Expreso de Matamoros, murió en noviembre de 2010, luego del tiroteo entre militares y narcotraficantes en el que fue abatido Antonio Ezequiel Cárdenas Guillén, capo del Cártel del Golfo.
La camioneta de Carlos Alberto recibió al menos 20 disparos de soldados, cuando se aproximó a instalaciones militares para recabar información.
Luis Carlos Santiago Orozco, Chihuahua
El 16 de septiembre de 2010, este fotorreportero del periódico local El Diario fue atacado con armas de fuego cuando se encontraba con un joven de 18 años, llamado Carlos Sánchez Colunga, en el interior de un auto que pertenecía al defensor de derechos humanos Gustavo de la Rosa.
Al día siguiente, El Diario publicó un editorial en el que anunciaba a los grupos criminales de Chihuahua que deponía su cobertura sobre seguridad pública, con tal de garantizar la vida de sus empleados.
Marco Aurelio Martínez Tijerina, Nuevo León.
Marco Aurelio tenía 14 años de experiencia como locutor, y un mes laborando para la radiodifusora XEDD La Tremenda, de Nuevo León, cuando fue interceptado por tres camionetas, cuyos tripulantes lo extrajeron por la fuerza de su vehículo y se lo llevaron consigo, era el 9 de julio de 2010.
Un día después, su cuerpo fue localizado en la carretera Montemorelos-Rayones, con huellas de tortura y un tiro de gracia. En su noticiario de radio había atendido distintas temáticas, incluidas política y seguridad pública y, de hecho, días antes de ser raptado había dado cobertura a las amenazas sufridas por un alcalde, de parte del crimen organizado.
A pesar de ello, las autoridades de Nuevo León insinuaron que el atentado respondía a motivos pasionales.
Valentín Valdés Espinosa, Coahuila
El 7 de enero de 2010 fue secuestrado Valentín, reportero del diario Zócalo de Saltillo, junto con un compañero que luego fue liberado.
Valentín fue encontrado un día después, dentro de un hotel asesinado, con huellas de tortura.
A su lado, un mensaje rezaba: “Esto va a pasarle a los que no entiendan, el mensaje es para todos”. Meses antes, este reportero de 29 años había investigado el arresto de un narcotraficante en el mismo hotel en el que, luego, fue abandonado su cuerpo.
Hugo Alfredo Olivera Cartas, Michoacán
El 6 de julio de 2010, un grupo armado disparó contra el vehículo de Hugo Alfredo, corresponsal de la agencia Quadratín en Apatzingán, Michoacán, así como reportero, editor y propietario del diario El Día, espacios en los que publicó información relacionada con la actividad delictiva en el estado.
Luego de ser asesinado, desconocidos allanaron las oficinas de Hugo Alfredo y robaron información contenida en discos duros. Cinco meses antes, este periodista de 27 años había presentado una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, tras ser golpeado por policías federales al realizar su labor.
María Elvira Hernández Galeana y Juan Francisco Rodríguez Ríos, Guerrero
María Elvira fungía como editora del semanario guerrerense Nueva Línea, y su esposo Juan Francisco como corresponsal del diario El Sol de Acapulco, cuando ambos fueron asesinados en el interior del café internet que pertenecía al matrimonio, el 28 de junio de 2010, en la ciudad de Coyuca de Benítez.
El ataque, perpetrado por dos desconocidos, fue realizado horas después de que Juan Francisco cubriera el aniversario 15 de la matanza de Aguas Blancas. Para las autoridades, el móvil de la doble ejecución fue el robo. Sin embargo, los atacantes no robaron nada del cibercafé, además de que respetaron la vida del hijo de María Elvira y Juan Francisco, un joven de 18 años.
Evaristo Pacheco Solís, Guerrero
Reportero del semanario informativo Visión Informativa, Evaristo fue asesinado con cinco disparos, uno de ellos en la cabeza, el pasado 12 de marzo de 2010.
Su cuerpo fue encontrado en un camino rural de Chilpancingo, Guerrero y, hasta la fecha, las autoridades carecen de líneas de investigación en torno a su asesinato.
José Luis Romero, Sinaloa
Hombres enmascarados secuestraron a José Luis, reportero policiaco del diario Línea Directa, cuando se disponía a ingresar en un restaurante en Los Mochis, Sinaloa, el 30 de diciembre de 2009.
Junto con él, fue raptado su acompañante, un ex oficial del Ejército. Dos semanas después, el 16 de enero de 2010, su cuerpo fue encontrado en un camino rural, con señas de tortura.
Supuestamente murió el mismo día de su secuestro, pero hasta la fecha la autoridad no cuenta con ningún avance en la investigación de su muerte, en tanto que el militar con que fue secuestrado permanece en calidad de víctima de desaparición forzada.
Jorge Ochoa Martínez, Guerrero
Jorge fue asesinado el 29 de enero de 2010, tras salir de una fiesta de cumpleaños. Desde hacía tiempo, este redactor y editor del diario El Sol de la Costa había denunciado que recibía amenazas anónimas, aunque las autoridades vincularon el ataque con un percance vial que en del que había sido parte el periodista.
Además de los 31 casos de periodistas asesinados entre 2010 y 2014, la organización defensora de la libertad de expresión Artículo 19 documentó otros dos homicidios, de personas que habían practicado el periodismo en el pasado reciente, y cuyas muertes, posiblemente, están relacionadas con su trabajo como reporteros. Ellos son:
Guillermo Alcaraz Trejo, Chihuahua
Guillermo Fue asesinado el 10 de julio de 2010, luego de visitar el diario Omnia, de Chihuahua, en el que había trabajado como fotorreportero hasta un año antes, labor que cambió por la de camarógrafo y editor de video de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Guillermo fue atacado con armas de grueso calibre por un grupo armado, cuando se subía a su vehículo, la policía tardó 20 minutos en atender el llamado de auxilio de los peatones que reportaron la agresión.
Pablo Aurelio Ruelas, Sonora
Pablo Aurelio era reportero del diario El Regional, de Sonora, del que fue despedido en abril de 2011, tras denunciar que el entonces diputado priista Bulmaro Andrés Pacheco lo había amenazado, por investigar presuntas irregularidades inmobiliarias en las que el político estaba involucrado. Dos meses después de ser despedido, y hallándose en el desempleo, Pablo Aurelio fue asesinado, era el 13 de junio de 2011. Las autoridades informaron que Pablo Aurelio tenía antecedentes penales por venta de droga y lesiones.
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