FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ADRIANA AMEZCUA.
De acuerdo a Reporteros sin Fronteras, México aparece en el lugar 153 como un país con ‘una situación muy difícil’ para ejercer el periodismo. El año pasado, los plagios a comunicadores -a nivel mundial- aumentaron 129 por ciento.
En 2013 los plagios a periodistas aumentaron 129 por ciento con respecto al año previo, de acuerdo con Reporteros Sin Fronteras (RSF).
La organización dio a conocer ayer su Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2013, en donde se revela que ese año fueron asesinados 75 profesionales de la comunicación, mientras que 87 fueron secuestrados.
Por primera vez, RSF dio a conocer un indicador que permite evaluar el estado general de la libertad de informar a nivel internacional. El Índice Anual de la Libertad de la Prensa.
Esta herramienta hace un cálculo basado en una media establecida en función de la población, ahí aparecen resultados que van de 0 a 100 donde cero representa “una situación ideal” y cien “una muy seria situación”.
En la lista, México aparece en el lugar 153, ubicado en “una situación muy difícil”, es decir, en una categoría previa a la de “una muy seria situación”, la peor de todas.
“La importancia que tiene el número de periodistas y ciudadanos asesinados en el ejercicio de su profesión en 2012 (el año más mortífero registrado por Reporteros sin Fronteras) naturalmente influye de forma notable en la clasificación de los países donde se perpetraron los crímenes, como Somalia (175o, -11), Siria (176o, 0), México (153o, -4) y Paquistán (159o, -8)”, se destaca en el reporte presentado ayer en Madrid.
Siria se ha convertido en la nación más peligrosa para informar. Tan solo en ese país árabe más de la mitad de los periodistas fueron reportados secuestrados; en total, 49.
Además, RSF refiere que 112 de los homicidios ocurrieron cuando los comunicadores ejercían sus funciones. Otros 178 reporteros terminaron en prisión por el simple hecho de hacer su trabajo.
A este complejo escenario se añade que las presiones contras los periodistas no cesan: 2 mil 160 fueron sujetos de amenazas o agresiones.
En la mira del crimen
En su reporte 2012, RSF afirmó que en México los periodistas están en el punto de mira del crimen organizado y que “la violencia se cierne sobre los periodistas que se atreven a tratar temas relacionados con el narcotráfico, la corrupción, la infiltración de la mafia entre las autoridades locales o federales, y las violaciones a los derechos humanos atribuidas a estas mismas autoridades”.
De hecho, ayer la ONG internacional pidió a las autoridades del gobierno mexicano considerar “seriamente” que el secuestro que el 5 de febrero sufrió el periodista Gregorio Jiménez de la Cruz pudo haber tenido lugar por motivos profesionales.
El miércoles pasado, el periodista que cubría la fuente policiaca para los periódicos Notisur y Liberal del Sur, fue interceptado por un comando armado en la puerta de su domicilio en Allende, Veracruz.
En su informe, la organización recordó que Veracruz tiene una tasa de criminalidad “alarmante”.
De 2010 a la fecha, nueve periodistas han sido asesinados y cuatro secuestrados en esta región que es catalogada como una de las diez más mortíferas del mundo para los periodistas.
Consecuencias de ejercer
Verónica Basurto Gamero, periodista mexicana exiliada en España, estuvo presente en la mesa en la que representantes de RSF presentaron su informe de libertad de prensa 2013.
Basurto trabajaba en un documental para dar a conocer las graves irregularidades que marcaban investigaciones de casos de secuestro y procesos indebidos vinculados al narcotráfico que inmiscuían a funcionarios de alto nivel.
En marzo pasado la periodista se vio obligada a huir del país luego de ser víctima de constantes amenazas de muerte y persecución, que reveló otro fracaso del Mecanismo para la Protección de Periodistas y Defensores de los Derechos Humanos que en 2012 echó a andar la Secretaría de Gobernación.
En una entrevista concedida al canal de televisión NTN24 Basurto refirió:
“…nunca sabes si alguna nota que estás manejando, que tiene que ver con el crimen organizado, hasta dónde puede llegar, hasta dónde pueden actuar ellos y de qué manera. Creo que el periodista ahora se tiene que preguntar siempre antes: ¿puedo con las consecuencias que me dejaría realizar esta investigación? Si puedes con las consecuencias, la haces, y si no, no”.
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