FUENTE: PROCESO/ REVOLUCIÓN 3.0
Hace unos días, el comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo, asistió como invitado de honor a una cena de gala con miembros del Colegio de Notarios de Michoacán.
En la cena realizada en el salón del Colegio de Notarios estaban la mayoría de los fedatarios de la entidad, según relataron a Apro dos asistentes que solicitaron el anonimato. Todos convivían en un ambiente de camaradería cuando, de pronto, el presidente del organismo, Leonardo Pedraza Hinojosa, llamó la atención de los asistentes chocando una cuchara contra un vaso.
“Señores, tenemos en la mesa a un invitado de honor. Tengo el gusto de presentarles al licenciado Alfredo Castillo Cervantes, comisionado para la Seguridad en Michoacán”, anunció.
A la presentación, según las fuentes consultadas, siguió una cascada de aplausos que fue interrumpida por la voz suave del comisionado.
De pie, el exprocurador del Estado de México y extitular de la Profeco hizo una caravana de agradecimiento y sin más soltó:
“No me aplaudan tanto porque no les va a gustar lo que les voy a decir. Más vale que le vayan pensando bien todos los que cometieron ilícitos o irregularidades con el crimen organizado, ya sea por su cuenta, por dinero o porque hayan sido amenazados. Eso no contará porque les caerá todo el poder del Estado”.
Las sonrisas de los notarios se fueron desdibujando mientras Castillo proseguía con su mensaje:
“Traigo instrucciones presidenciales de aplicar todo el peso de la ley a los notarios que se hayan prestado a ‘chicanadas’. Les repito, no interesa que lo hayan hecho bajo amenazas de muerte, la ley se aplicará parejo”, les advirtió y les adelantó que una unidad especial ya investiga su actuación en la entidad.
Los comensales se quedaron pasmados y antes de que pudieran reaccionar Castillo les dijo:
“Les agradezco su atención y ya me voy de este salón porque tengo cosas más importantes que hacer”, se levantó y salió del salón ante la mirada nerviosa y atónita de los asistentes.
No es para menos. Existe la queja de que muchos notarios accedieron a realizar cambios de dominio de escrituras, ranchos, huertas y propiedades de personas secuestradas por el crimen organizado, cuyos bienes fueron entregados a Los Templarios o a la Familia Michoacana, como pago por el rescate de muchas víctimas que, pese a ello, en su mayoría fueron asesinadas.
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