Durante la firma de un convenio entre la Profeco y Diconsa, la titular de la dependencia, Lorena Martínez, informó que hasta el momento se han aplicado 800 sanciones, equivalentes a más de 150 millones de pesos, contra distribuidores mayoristas por faltas administrativas en la venta de limón.
El convenio signado este martes tiene como objetivo verificar que el cítrico se venda en 26 pesos el kilo en los 6 mil puntos de venta de Diconsa.
Como parte de una primera etapa del acuerdo, a partir de este miércoles 26 Diconsa comenzará con la distribución de 450 mil kilos de limón proveniente de Michoacán.
De acuerdo con Martínez, México es el principal productor de limón, seguido de India y China, y exporta una cuarta parte del consumo mundial total, por lo que no ve una oferta para que se puedan abrir cupos de importación.
Detalló que durante 2013 el país sólo importó 1% de limón de su consumo interno, y para abril se espera un aumento en la producción por la temporada, por lo que las autoridades no tienen pensado traer el cítrico de otros países.
El pasado miércoles 19, luego de una reunión de funcionarios de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) con representantes de productores, la dependencia determinó que “la alta intermediación” entre los distribuidores que compran el limón y lo llevan a los mercados ha provocado el encarecimiento de ese fruto, común en la cocina mexicana.
“Se prevé que a finales de marzo comience a fluir al mercado nacional mayor volumen proveniente de Oaxaca, y que paulatinamente se registren los picos anuales de producción del resto de las entidades, con efectos a la baja en los precios”, indicó la Sagarpa en aquella ocasión.
En tanto, los productores reclamaron más controles de las autoridades de la Profeco y de la Secretaría de Economía para evitar la especulación con el precio del limón.
Además de Oaxaca, también los estados de mayor producción –Michoacán, Colima y Guerrero– han registrado tres factores como los principales que han causado la escasez del limón, que implican consecuencias en el bolsillo de los consumidores.
El primero es la “ventana” de invierno de diciembre a marzo, cuando de forma natural los árboles de limón no producen frutos; el segundo es la afectación de las lluvias de noviembre y diciembre, la cual dañó la floración y dejó caída de frutos, y una plaga conocida como antracnosis, generada también por la lluvia, es la tercera causa.
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