FUENTE: SIN EMBARGO/ ZETA.
AUTOR: Enrique Mendoza Hernández.
LINK: http://www.sinembargo.mx/18-03-2014/935841.
“Un gobierno que no puede dar cuenta de sus víctimas, es un gobierno que comienza a tener complicidades muy graves con el crimen”, dice a Zeta el poeta Javier Sicilia.
Este fin de semana, el mismo semanario dio a conocer que en los primeros 14 meses de la administración de Enrique Peña Nieto se contabilizan 23 mil 640 asesinatos, cuya mayor incidencia se centra en Guerrero, Estado de México, Chihuahua, Jalisco y Michoacán.
En 2014 se cumplen tres años del asesinato de su hijo, Juan Francisco Sicilia Ortega. Transcurría el 28 de marzo de 2011 cuando “Juanelo” -así le decía su padre- fue encontrado en Temixco, Morelos, en un contexto de miles de muertos y desaparecidos durante la guerra del Gobierno Federal contra el crimen organizado.
Junto al ojivendado cuerpo de Juan Francisco, atado de pies y manos, también yacían los cadáveres de María del Socorro Estrada Hernández, Jaime Gabriel Alejo Cadena, Álvaro Jaimes Aguilar, Julio César Romero Jaimes y Luis Antonio Romero Jaimes.
“Qué barbaridad. Yo asumo que, a pesar del cambio de discurso, la estrategia, la misma que implementó Calderón, por desgracia, es la misma que los Estados Unidos nos han impuesto, y que vuelvo a insistir: el tema está hacia adentro del Estado. Si los criminales están actuando como están actuando, es porque hay una terrible impunidad dentro del Estado, y esa impunidad hace que el Estado sea fallido, que tenga el rostro de un narco-Estado, porque no está realmente reconstituyéndose en su función fundamental, que es servir a la justicia, a la paz. Está simplemente retroalimentando la violencia con este tipo de estrategias, y no atacando en su fondo el problema, por desgracia, pero parece que no quieren oír, ¿no?”, dice Sicilia.
“Por otro lado, siguen las autodefensas, porque las autodefensas es un síntoma, y yo sigo insistiendo, que hay que volverlas a analizar, porque es algo muy particular en México que sobrepasa lo que nos han querido calificar de penetrar el narcotráfico, es un fenómeno que marca, que está o no está, de que el Estado cuando entra, empieza a corromper, y que el Estado sigue siendo verdaderamente un rehén o parte del narcotráfico”.
—¿Cuál es la diferencia en cuanto a la estrategia del ex Presidente Calderón, en relación con la “estrategia” de Enrique Peña Nieto en el tema del narcotráfico y violencia?
–Pues nada más hubo un cambio de discurso, porque sigue igual la violencia, la lógica de descabezar a los capos del narco continúa, pese al discurso, ésta es la realidad. Y la realidad se mide también, como ustedes lo han señalado muy bien, en la cantidad de muertos, de desaparecidos, en la cantidad de extorsionados que tiene y que continúa teniendo el país, hubo un tremendo incremento. Entonces, sí, el discurso es distinto, pero en la realidad es igual, no hay más que una variación de discurso, por desgracia.
—¿Cuál es tu opinión de las declaraciones de Miguel Ángel Osorio Chong, cuando dijo, días antes de la captura del “Chapo” Guzmán, que en enero de 2014 hubo 567 homicidios relacionados al crimen organizado? Textualmente señaló que fueron “mil menos” que en meses anteriores, donde el promedio era de mil 700 al mes, pero vemos que la realidad es otra en los estados…
–Pues otra vez, creo que es este cambio de discurso, o sea, han apostado por cambiar la percepción, y cambiar la percepción para ellos es borrar, maquillar las cifras, es decir que esto está mejor, que tienen el control; y por otro lado, construir una imagen tremenda mente poderosa de esa salud aparente que va teniendo México, y la prueba es esa portada tremendamente fallida y desacertada de Time. Ellos están buscando eso, pero México se sigue descomponiendo. Entonces, si siguen apostándole por esta realidad que parece imitar la estrategia política de Salinas en el sentido de la imagen mediática, pues les va a salir el tiro por la culata porque ya no vivimos en la realidad del México de Salinas de Gortari, que podían maquillar eso. Ya estamos viendo otra realidad de un México verdaderamente descompuesto, entonces, esto les va a seguir brotando si no se encaminan verdaderamente hacia la sanación del Estado y hacia una reconstrucción verdadera del Estado de Derecho, y eso significa ir sobre quienes están usando el Estado y a los partidos para delinquir, implica un auto sacrificio por parte de los gobiernos.
—¿Cuál sería, a la larga, la consecuencia más grave por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto de seguir maquillando las estadísticas, diciendo que siguen a la baja, reportando disminuciones aparentes?
—Seguirá habiendo brotes de autodefensas, se seguirá apartándose ellos del pueblo y el pueblo tratando de reconstituir y de defender al Estado como pueden frente a la ausencia de Estado; y la terrible tentación (que sucede cuando hay estados tan débiles como el que tenemos, estados tan corrompidos como el que tenemos), de la mano dura, la tentación del Estado de excepción.
—Nos decías en entrevistas anteriores con este Semanario que el de México podría ser o un narco-Estado, o un Estado fallido. ¿A qué es lo que se acerca más, a 15 meses de gobierno, la administración de Enrique Peña Nieto?
—Pues a un Estado fallido, y cuando un Estado está fallido en la circunstancia que tiene México, tiene visos de ser un narco-Estado, por desgracia. Cuando seguimos teniendo un 98 por ciento de impunidad, cuando los partidos y los gobiernos protegen delincuentes y los cobijan dentro de los partidos dentro del Estado, cuando no se ataca a empresarios que están metidos en el lavado de dinero y en la delincuencia, pues eso se llama un narco-Estado, y por eso falla el Estado. Las partes sanas del país tendrían que trabajar muy fuertemente y unidas para transformar eso”.
—¿Ha habido en las últimas semanas o meses algún avance o acercamiento respecto a la Ley de Víctimas?
—En esta búsqueda de borrar y de maquillar la realidad, pues la Ley de Víctimas no se ha promocionado como se debe promocionar. Gobernación no ha llamado a los gobernadores, y los consejeros no han llamado a los gobernadores y a los procuradores para decir ‘la Ley rige ahora y tienen que cambiar, poner en concordancia sus códigos y sus inquietudes en relación con esta Ley’; hace falta esa promoción fundamental. Aquí, las víctimas, tanto en el gobierno anterior como en éste, son tremendamente incómodas, señalan una deuda del Estado gravísima que tiene que asumir, tarde o temprano, y señalan la ineficiencia del Estado.
—En nuestras investigaciones nos hemos dado cuenta que ha sido una práctica común en el Gobierno de Enrique Peña Nieto, clasificar los homicidios dolosos como “accidentes”, como una forma de maquillar los homicidios en el Estado de Michoacán, pero ahora vemos que también esa práctica se está repitiendo en el Estado de Morelos…
—Yo creo que Morelos está viviendo también este mismo drama, el gobierno (de Graco Ramírez), que es un gobierno mucho más abierto que cualquier otro, mucho más dialogante hasta donde puede que cualquier otro, tiene también el gran defecto que tiene el Gobierno Federal: está tratando de cambiar la percepción a como dé lugar, y haciendo muy poco trabajo para encontrar la paz y la justicia. Entonces, la imagen mediática que está usando el gobierno de Morelos, está entrando mucho dinero en eso, es muy parecida a la del Gobierno Federal, es eso, borrar la realidad a través de un triunfalismo mediático, de una presencia mediática que quiere borrar las víctimas, los robos, la inoperancia de otros sectores de trabajo judicial, y eso es muy grave, porque nos deja en estado de indefensión. Yo se lo he repetido muchas veces al gobierno de Graco, pero cuando los criticas, lo agarran como un asunto personal, pero no entienden que ellos decidieron ser gobierno y no es personal, es con el gobierno. Les he dicho a veces ‘háblennos con claridad, vayamos construyendo juntos y dígannos donde están las debilidades y cómo tenemos que trabajar, cómo tenemos que encontrar- las junto con ustedes’. Y nos maquillan las cifras, así simplemente nos dejan en estado de indefensión y van generando un abismo mucho más grande y grave entre la ciudadanía y ustedes, y un sentimiento profundo de desconfianza. Si no se trabaja realmente por cambiar la realidad con los ciudadanos, y a través de los ciudadanos y el gobierno, toda la clase política en conjunto, esto a la larga va a abonar y va a derivar justamente en el crecimiento de autodefensas, incluso en Morelos, ¿no?
—¿No hay diferencia entonces entre el discurso del gobierno perredista de Graco Ramírez en Morelos, al del PRI de Enrique Peña Nieto a nivel nacional?
—No, para nada, han tomado casi la misma estrategia mediática, que es muy peligrosa, sumamente peligrosa, porque borran la realidad, pero esa realidad sigue ahí y nos sigue alcanzando, y tarde o temprano los va a llevar a la pérdida absoluta de su capital político, y a la tentación, por desgracia clave, de empezar a criminalizar y a generar estados de excepción, a la vieja usanza del PRI.
—Platícanos de la gravedad y de las consecuencias al ocultar a las víctimas a través de la estrategia mediática y del discurso triunfalista de Enrique Peña Nieto…
—Pues que van a llevar al país al desastre. Un gobierno que no puede dar cuenta de sus víctimas es un gobierno que comienza a tener complicidades muy graves con el crimen. Se trata de borrar, de desaparecer el horror a base de ocultar, en el caso de Enrique Peña, del gobierno, detrás de una estructura mediática, como los criminales a través de la desaparición en las fosas comunes o en la trata, en las cadenas de trata, a los seres humanos. Y esto pues simplemente va a abonar en la construcción de un gran, gran campo de concentración, con un cambio de percepción, pero en el fondo será un campo de concentración el inmenso rastro que sigue siendo México, por desgracia. Ese eco se irá acumulando, eso no resuelve la realidad.
—¿Cómo se ve reflejado el discurso de Graco Ramírez en los medios de aquel estado en cuanto al gasto de auto propaganda?
—Pues en el excesivo protagonismo con el que aparece en los medios, Graco Ramírez todo el tiempo está en los medios, todo el tiempo está en los medios, todo el tiempo hay discursos, todo el tiempo hay triunfalismo. Y eso no está ayudando. Yo le he pedido que sea más humilde. Nosotros estamos en la mejor disposición, pero él tiene que ponerse también un estado mucho más realista con la realidad. Pero pues él le apuesta a su imagen.
—Que es la misma apuesta a la imagen de Enrique Peña Nieto, ¿cierto?
—Sí, muy parecida, por desgracia, ¿no?.
— ¿Te has reunido recientemente con Graco Ramírez?
—Pues hace como dos meses tuvimos un encuentro, en un foro muy interesante, por cierto, sobre derechos humanos. Hablamos, yo hablé con mucha claridad, de dónde somos. Él en su apertura, porque es un hombre abierto, pues apoyó, debatió, discutió y bueno, por lo menos hay esa gran posibilidad con Graco que no se tiene con otros gobiernos; la cosa es que si está dispuesto a asumir lo que se le dice, porque por lo menos de nuestra parte no hay ninguna intención partidista, hay una intención de recomponer y de ayudar a recomponer la paz, la seguridad del Estado y la justicia del Estado.
—¿Y por parte del Gobierno Federal has tenido recientemente alguna reunión con el procurador o el secretario de Gobernación?
—Yo le tengo una gran estima y una gran admiración, creo que es el hombre que respeto y admiro del gabinete de Peña Nieto, es el hombre que mejor entiende la realidad y la emergencia nacional, la tragedia humanitaria en el país, Murillo Karam. Hace bastantes meses que no me reúno con él, pero el movimiento, las víctimas del movimiento y muchas otras víctimas, han estado siendo recibidas por él.
—A tres años del asesinato de tu hijo Juanelo, ¿qué acciones llevarás a cabo en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad?
—Sí, pues viene el tercer aniversario, el 28 de marzo, del movimiento. Tenemos dos acciones importantes, una en México, otra aquí en Cuernavaca, es un posicionamiento frente al año y meses que lleva el gobierno de Enrique Peña Nieto; y bueno, va a haber una gran exposición retrospectiva con dos espléndidas fotógrafas que tenemos en el movimiento, sobre el movimiento, en el Museo de la Memoria y la Tolerancia, que se inaugura el 27 de marzo.
—¿Cuál es tu expectativa en cuanto a seguridad y violencia para lo que resta de 2014, y por qué no decir, en los próximos años de gobierno de Enrique Peña Nieto?
—No tengo expectativa. Las últimas expectativas se ven horrendas, por la misma estrategia que están siguiendo con el intento de borrar y de maquillar este horror del país; las expectativas son negras. Tengo esperanza; la esperanza, a diferencia de una expectativa, es tener el corazón abierto a una buena sorpresa”.
—¿Algo que desees agregar, Javier?
—Los seres humanos tenemos una gran responsabilidad, está sucediendo esto, si dejamos que esto se siga pudriendo, si no salimos a las calles, si no somos capaces de todos estos dolores, están expresándose fragmentariamente, es decir, los zapatistas con sus cosas, los movimientos de izquierda con ese asunto del petróleo, las autodefensas que nadie quiere entender, es un fenómeno bien interesante sobre todo por la historia que hay allí en Michoacán, es el mundo cristero, es algo que muy pocos han pensado, hay que analizarlo; el movimiento por la paz, los movimientos de víctimas. Si no nos unimos de nuevo para encontrar ese camino de paz y de justicia, y de encarar nuevamente al gobierno como se hizo con Calderón, creo que difícilmente vamos a poder encauzar las cosas. Los ciudadanos hacemos un papel importante, y nuestra dispersión y los movimientos que revientan de uno y otro lado, atomizadamente, no están ayudando, tenemos que volver a encontrar una cohesión. Cuando uno dice esto luego se entiende muy mal: no estamos contra el Estado, estamos a favor de un Estado que ellos mismos están deshaciendo”
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